Damaris Armendáriz
Este Jueves Santo en la Misa Solemne en la Catedral Metropolitana dónde se realizó el Lavatorio de Pies el arzobispo de San Luis Potosí Jorge Alberto Cavazos Arizpe, quién oficio la ceremonia, recordó el sentido de servicio a los asistentes que representa este acto, al igual que la humildad.
La misa tuvo lugar la tarde de este jueves y fue el arzobispo de San Luis Potosí, Jorge Alberto Cavazos Arizpe quién lavó los pies a los 12 fieles que representarán a los apóstoles en la pasión viviente el Viernes Santo.
Miles de feligreses llenaron el templo que representó el episodio del lavatorio de pies que tiene lugar durante la Última Cena, cuando Jesús se levanta de la mesa, se quita su manto para luego tomar una toalla, ceñírsela y pasar a lavar los pies de sus discípulos en señal de humildad y servicio.
Hoy en día el acto, además de humildad representa la misión de la iglesia de servir al mundo, misma que resaltó el arzobispo Jorge Alberto Cavazos Arizpe en la homilía de la ceremonia, ya que en aquellos tiempos el lavado de pies era una actividad propia de los esclavos de la casa o personas con menos jerarquía hacia quienes arribaban a un lugar como símbolo de hospitalidad.
Además, el arzobispo consideró que con el lavatorio Jesús se representa la necesidad de limpiar el alma y espíritu antes de recibir el cuerpo y la sangre de cristo, lo que sucede en la Última Cena, por lo que habló más allá del servicio hacía otros, también con el individual desde una purificación.
Para la Iglesia católica, el lavatorio de los pies es un símbolo del amor de Dios. Entre los ritos de Semana Santa que preparan la Pascua, y en particular entre los del Jueves Santo, se encuentran además la Última Cena de Jesús con sus discípulos.