La visita de ayer de Adán Augusto López a la capital potosina, tuvo un interesante ingrediente mediático de impacto nacional al emitir desde tierras tuneras una severa crítica al Poder Judicial. Sin embargo, no estuvo exenta de pequeños incidentes que llamaron la atención de algunos círculos locales. Por ejemplo, el señalamiento de que habrían “acarreado” a estudiantes del Conalep, a la vieja usanza priista. Aunque la historia no terminó ahí, y es que los organizadores, se apresuraron a intentar corregir la falla y habrían despachado a los estudiantes, pero, no contaron con que había otros más con todo y uniforme de un bachillerato, al parecer de un plantel del Cecyte.
Esa gira de las llamadas “corcholatas” -para medir fuerzas y ganar la encuesta que los convierta en candidato o candidata presidencial por MORENA- es para muchos, sólo una mega simulación, en la que tienen la oportunidad de hacer promoción de su partido y a favor de la continuidad, con el ingenioso pretexto de la competencia interna.
El proselitismo disfrazado hay que reconocer que es una muy buena coartada ideada desde palacio nacional con mucha anticipación, que ha dejado pasmada a la oposición. En San Luis Potosí, no es la excepción y los más ingeniosos en política han sabido permanecer vigentes justo por sumarse al barco con más ventaja. Así, han aparecido o resucitado, varios políticos que han vestido varias camisetas de diferentes colores y que ahora se sienten cómodos con la playera de Morena y serán los anfitriones de las corcholatas visitantes.
Todo salió bien en el arranque de la Feria Nacional Potosina, en donde por cierto, se dieron tres datos de lo que se espera ocurra -5 millones de visitantes, derrama económica de tres mil millones de pesos y el cartel oficial- pero se registró un incidente que para algunos fue chusco, cuando el maestro de ceremonias anunció la develación del cartel oficial, pero puso el énfasis en la sílaba incorrecta y dijo cártel, con la lamentable connotación que en nuestros tiempos está vigente y arrancó sin querer algunas reprimidas sonrisas.
Por cierto, el tono alegre en el evento, lo pusieron los verdaderos invitados especiales y no… no fueron los empresarios o funcionarios del gabinete, sino los ciudadanos de barrios y colonias aunque tuvieron que aguantar que ni una agüita de limón les ofrecieron en la víspera.
Hablando de la FENAPO 2023, esperamos que sean exitosas las obras que el año pasado hicieron falta ante las lluvias y se eviten inundaciones, porque en vista de la crisis hídrica, lo que más se desea en estas desérticas tierras es una generosa temporada de lluvias.
Por Lidia Juache