Un héroe para una nueva generación. Y al mismo tiempo, un recordatorio a las raíces del entretenimiento. Desde que el Universo Fílmico de Marvel acaparó la atención del público con el drama de los héroes de “carne y hueso”, la empresa “olvidó” de sus raíces. Mucha acción y parafernalia, caras famosas y presupuestos. Sin embargo, con “Spider-Man: un nuevo universo” la empresa volvió a los orígenes del color e ilustraciones sin toque dramático. Es diversión pura y dura. Es otra dimensión.
No todas las adaptaciones a la gran pantalla del “Hombre Araña” se han llevado el aplauso de la crítica, y de hecho, es más común que no le vaya del todo bien, debido a que en ocasiones la trama es demasiado complicada, pero con “Spider-Man: Un nuevo universo” las opiniones coinciden que la cinta animada se aleja de todo lo que ya se conoce. Y lo hace para bien.
La historia nos lleva a un universo paralelo donde “Peter Parker” ha muerto, y “Miles Morales”, un joven latino que estudia en uno de los colegios más prestigiosos de la ciudad, se ve obligado a convertirse en el nuevo protector de la urbe luego de recibir, a través de la picadura de una araña, los poderes de “Spider-Man”, junto con algunas habilidades nuevas.
Sin embargo, su tarea se complicará cuando “Wilson Fisk” construye un “supercolisionador” que comienza a alterar nuestra realidad, aunque es a través de esa vía que trae de regreso una versión alterna de “Peter Parker”, quien se convertirá en el mentor de “Miles”.
Pero no será el único “Spider-Man” en entrar a este universo: cuatro versiones del joven arácnido aparecerán, desatando el caos, la locura y el romance. Todos juntos lucharán para volver a sus respectivas dimensiones antes de que el mundo entero colapse.
Con información de El Informador.