El Arquitecto Carlos Suárez Fiarlo diseño esta prisión por mandato de Porfirio Díaz en 1890. En esa época fue considerada una de las cárceles más modernas por su modelo panóptico, ideado por Jeremy Bentham y muy estudiado por el filósofo Michel Foucault como mecanismo aplicable al control del comportamiento de los presos en las prisiones.
El panóptico es una estructura arquitectónica con una disposición circular de las celdas en torno a un punto central, sin comunicación entre ellas y pudiendo ser el recluso observado desde el exterior. En el centro hay una torre de vigilancia donde una única persona podía visualizar todas las celdas, siendo capaz de controlar el comportamiento de los reclusos desde la torre central de la prisión.
Por esta prisión pasaron algunos personajes que estaban en contra el gobierno de Porfirio Díaz siendo Francisco I. Madero uno de los más históricos. Madero estuvo recluso durante un mes en el lugar y todavía es factible visitar la celda donde pasó los días.
La construcción se desempeñó como cárcel hasta los años noventa, y fue cerrada debido a la sobrepoblación y a que la ciudad de San Luis Potosí estaba creciendo a pasos acelerados. Los prisioneros fueron trasladados a otro penal y el edificio quedó abandonado durante un tiempo hasta que se rescató para convertirlo en un centro de impulso y enseñanza del arte.
Hoy en día, la arquitectura de la ex penitenciaria está restaurada basándose en los planos originales. Cuatro de las crujías no tenían la segunda planta, y algunas tenían el pasillo de las celdas al descubierto, pero el INAH hizo varias recomendaciones para aprovechar los espacios y darle paso a la simetría.
Edificios que no pertenecieron a la estructura original fueron removidos como: el edificio femenil, una enfermería y el área psiquiátrica. Otros edificios fueron conservados como taller de alfabetización, un anexo que hoy conforma los talleres de la disciplina de artes visuales. En este lugar se encuentra una obra escultórica en bronce “El espíritu” de Ricardo Motilla.
Alrededor de toda la cárcel había un perímetro de seguridad y vigilancia, el primero de 10 metros de altura con un grosor de 70 cm y el segundo de 13 metros de altura con un grosor de un metro. En medio de ambos muros se encontraba un corredor llamado “el pasillo de la muerte” en donde los internos no podían pasar. Los vigilantes que se encontraban en las torres y el panóptico, tenían permiso para disparar a aquellos que buscaban escapar.
El actual centro de las artes de San Luis es una sorpresa para el visitante hoy en día, ya que hay los espacios que fueron tristes y desolados, hoy tiene una oferta académica que abarca música, artes visuales, literatura y artes escénicas.
En 2018 se inauguró ahí el museo dedicado a Leonora Carrington, el primer espacio dedicado a ella y en donde podemos encontrar sus esculturas, grabados, pinturas, joyas y objetos personales. Dentro del museo de Leonora Carrington existe el restaurante-cafetería “Canela Cafetería Tortuga Ecuestre” a cargo de un Chef y situado en el patio “Desconocido” donde se ofrecen desayunos y comidas. En este restaurante hay “cenas surrealistas” dos veces por mes, homenaje a algún artista del surrealismo.
En el Foro al aire se pueden recibir hasta 5 mil personas en eventos masivos y sociales. Hay una sala de usos múltiples para presentación de libros, una muestra de cine o un recital. Además ofrece talleres y diplomados para aquellos que tienen conocimientos previos de las distintas disciplinas y artes.
Con información de: MX City