Tras una jornada intensa en el Senado, dos rondas de votación no lograron el consenso para definir quién ocupará el cargo vacante en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Ahora, por primera vez en la historia de la Corte, desde la reforma de 1994, el presidente hará uso de sus facultades constitucionales para nombrar directamente a quien será la nueva ministra del Máximo Tribunal.
Así, Andrés Manuel López Obrador designará a quien ocupe el lugar que dejó Arturo Zaldívar, quien, tras renunciar a la Corte, se unió al equipo de la precandidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum.
La presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Ana Lilia Rivera Rivera, anunció que el resultado se comunicará al presidente de la República, conforme al artículo 96 de la Constitución.
La segunda terna estaba compuesta por Bertha María Alcalde Luján, Lenia Batres Guadarrama y Eréndira Cruz Villegas Fuentes. Tras dos votaciones, ninguna de las opciones logró la mayoría calificada necesaria para ocupar la vacante.
En la primera votación se registraron 29 votos a favor de Alcalde Luján, 33 a favor de Batres Guadarrama; 12 a favor Cruz Villegas Fuentes, uno nulo, y 46 en contra de la terna. En la segunda votación hubo 16 votos a favor de Alcalde Luján, 54 a favor de Batres Guadarrama, dos por Cruz Villegas Fuentes, tres nulos y 46 en contra.
En sus intervenciones previas a la votación, las candidatas expresaron sus posturas y compromisos en caso de ser designadas como ministras de la SCJN.
Bertha María Alcalde Luján aseguró que, de ocupar el cargo de ministra de la SCJN, lo haría con honradez, autonomía y humanismo. “Utilizaré mi energía y conocimientos técnicos para proteger la Constitución, y seré fiel a mi compromiso irrenunciable con la justicia y el respeto a los derechos de todas las personas”, expresó.
Lenia Batres Guadarrama afirmó que se requiere un Poder Judicial celoso de su función, guardián constitucional y que no invada la esfera de facultades de otros poderes.
María Eréndira Cruz Villegas Fuentes defendió que su labor estaría encaminada a abrir las puertas para que la justicia “no cueste y no duela”, además de procurar que sea un derecho para todas las personas y no un privilegio para unos cuantos.
Con información de: Aristegui Noticias