Amarga navidad para vecinos del barrio de San Miguelito
Ya sea por una mala planeación o porque la planeación se realizó con cálculo político, lo cierto es que los vecinos del barrio de San Miguelito, no tendrán felices fiestas este fin de año.
Adoquines levantados, tramos intransitables y la ausencia total de rampas de acceso, son sólo algunos de los obstáculos que tendrán que superar los habitantes del tradicional barrio. Lo peor es que pagarán los platos rotos los adultos mayores que viven en la zona y que ahora también tendrán que soportar las incomodidades y desviaciones que deriven de las obras del llamado paseo Esmeralda.
Lo cierto es que ni el ayuntamiento de la capital ni el gobierno estatal tuvieron la comunicación necesaria o la sensibilidad básica para ponerse de acuerdo y gestionar sus respectivos proyectos en fechas, plazos y condiciones en donde se afectara lo menos posible a los habitantes del lugar, que -si bien es cierto tendrán el beneficio en el mediano plazo- también es cierto que una buena gestión pública incluye la planeación necesaria para procurar el mínimo de molestias a los habitantes.
Los gritos de Leonel Serrato
Los que están un poco más tranquilos desde hace varias semanas son algunos de los trabajadores del Bienestar. Resulta que el otrora funcionario federal Leonel Serrato (ahora precandidato a algo…) tenía fama de gritonear y maltratar a los burócratas que se le topaban en su camino, incluso a una mujer de la tercera edad que acudió por un trámite, también fue víctima de lo que -algunos ex colaboradores- describieron gritos, como mal humor, trato déspota y poca tolerancia con los subordinados.
Por Lidia Juache