Guillermo D. Christy, miembro de la agrupación de ciencia ciudadana “Cenotes Urbanos” y espeleólogo, expresó que el Tren Maya es una obra que empezó de manera ilegal y consideró que “no hay manera” de que el próximo 29 de febrero se inauguré el tramo 5 de este proyecto, como prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante una entrevista con Aristegui En Vivo, se refirió a la carencia de estudios de impacto ambiental. Enfatizó la gravedad del hincado de pilotes sobre el acuífero que se encuentra en el tramo 5 Sur, donde dijo que entre 8 mil y 17 mil estructuras de acero se instalan sin la debida consideración ambiental.
Además, “122 cavernas están afectadas, lo que implica la posible pérdida de información geológica”.
Subrayó que el Tren Maya comenzó obras ilegalmente, retirando más de 10 millones de árboles sin los permisos necesarios y sin haber realizado el requerido estudio de impacto ambiental.
“A corto plazo, ya hubo una afectación directa a todo lo que es el corredor biológico más importante de la península de Quintana Roo”, señaló.
En relación a la contaminación del agua, Guillermo D. Christy expresó su preocupación sobre cómo la construcción del Tren Maya y el hincado de pilotes podrían afectar la calidad del agua en la región.
Mencionó específicamente el contacto del acero con el agua que contiene altas cantidades de cloruros y sales, lo cual podría provocar una corrosión significativa en la zona.
Además, planteó preguntas sobre las posibles repercusiones químicas en el agua y el impacto en las especies que habitan en las cavernas y los ríos subterráneos.
También hizo hincapié en que el suelo kárstico en esta área es especialmente suave y está compuesto por una gran cantidad de cavernas, posiblemente la mayor densidad de cavernas en el mundo, que se verán afectadas.
Por otro lado, el espeleólogo expresó su inquietud por la sobreexplotación del manto acuífero y la intrusión de agua salada: “Si nosotros extraemos más agua dulce de este acuífero, poco a poco empezará a surgir el agua salada. No lo digo yo, lo dice el consejo de Cuenca de la Península de Yucatán”.
“Una vez que un pozo está salado, ya no hay manera de irse para atrás”, advirtió.
Criticó la poca eficiencia que tienen las estaciones del Tren Maya, argumentando que están tan lejanas que trabajadores y turistas deben tomar otros transportes para llegar al tren.
“Hoy por hoy, un tren que está entre 5 y 8 kilómetros tierra adentro, alejado de la carretera federal, implica que hay que tomar transporte para ir a la estación del tren. No existen paradas intermedias que fuesen útiles para los trabajadores”.
“Lo ideal hubiera sido mantener al tren sobre la carretera 307, que era la promesa inicial del presidente. Incluso hubiera sido muy buena solución de comunicación”
“Personas dentro del colectivo alguna vez sugirieron tener un tren ligero en donde los trabajadores podían subir y bajar para ir a sus hoteles a trabajar”.
Con información de Aristegui Noticias