Tras varios días hospitalizado y sin poder dar una declaración por su delicado estado de salud, se filtró información sobre las sustancias que deterioraron el estado de salud del Obispo Salvador Rangel, líder religioso en Chilpancingo, Guerrero, quien presuntamente fue privado de su libertad en Morelos desde el fin de semana pasado.
De acuerdo con la periodista Miriam Moreno, en la nota de ingreso a dicho centro médico se reporta que llegó con deterioro neurológico a expensas de estupor, sin pertenencias y con un blíster de dos pastillas de sildenafil, que usalmente se vende bajo el nombre comercial de Viagra, medicamento recetado para personas que padecen de disfunción eréctil.
No obstante, en el examen toxicológico del Hospital General “José Parres” arrojaron la presencia de cocaína y benzodiacepina, que sirven para contrarrestar los efectos de la sustancia antes mencionada.
Además, informes policiacos señalan que el religioso fue trasladado del Hotel Real Ocotepec de Cuernavaca al Hospital General “José Parres” en calidad de desconocido.
Horas antes de que se filtrara la información médica del obispo de Chilpancingo, el pasado 1ro de abril, Pedro Ramírez, abogado del religioso, afirmó que Salvador Rangel aún no ha podido emitir su declaración debido a que aún se encuentra bajo los efectos de la droga.
“Es una droga que no se ha determinado todavía qué tipo de droga, pero las características son que el Obispo está como adormitado, un poco aletargado en sus movimientos, a la hora de hablar, etcétera”, comentó en entrevista con Azucena Uresti para Fórmula Noticas.
Autoridades de Morelos sostienen que el obispo de Chilpancingo fue secuestrado y víctima de robo. Según el abogado, su chofer y el dueño del inmueble en donde habita fueron quienes se percataron que los presuntos delincuentes estaban haciendo movimientos bancarios durante el lapso que se encontraba privado de su libertad debido a que el hombre de 78 años salió de su hogar el pasado sábado sin su teléfono celular.
Con información de: Radio Fórmula