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Reagan, Disney y los Niños Cantores de Viena.

Federico Anaya Gallardo

Dicen que Ronald Reagan (1911-2004) se leía de corrido las revistas de Selecciones del Readers’ Digest en los tiempos en que declinaba su carrera cinematográfica y  empezaba a planear su incursión en la política. (En la Liga 1 puedes ver una entrevista de él, ya como presidente, con el director de Selecciones en Washington, William Schulz, en Junio de 1985.) Pero, en el medio siglo XX, Readers’ Digest no era la única máquina cultural de la Derecha estadounidense. De hecho, la educación político-ideológica de Reagan se explica mejor por su participación como conductor de TV en el General Electric Theater –un proyecto corporativo que incluía TV, publicaciones mensuales y presentaciones en vivo en las plantas de la compañía en 40 estados de la Unión Americana. (Sobre esto, revisa el artículo de Thomas W. Evans para History News Network en la Liga 2.) Reagan no sólo leía Selecciones sino la literatura producida por GE. El encanto original de ese actor para General Electric (GE) fue su conexión burocrática con la industria cinematográfica. Ronnie (como le decía su esposa Nancy) había dirigido el Screen Actors Guild (SAG) durante la persecución macartista –acusando a compañeros de ser comunistas. El actor siguió residiendo en California y fue allí adonde saltó a la política –ganando dos veces la gubernatura (1964 y 1968).

Con Reagan, el macartismo y la red cultural de GE en mente, lectora, pensemos ahora la maquinaria ideológica del estudio cinematográfico dirigido por Walt Disney (1901-1966). En los años 1930s su fundador era un caricaturista de avanzada que en 1940 innovaba en el arte y la industria con el estreno de Fantasía. En 1946 llevó la música del soviético Sergei Prokofiev (1891-1953) a las audiencias infantiles del Oeste en Pedro y el Lobo. La URSS aún era aliado de los EUA. Pero dos décadas más tarde –entre 1950 y 1966– el último Disney dirigía un proyecto cultural que se pretendía universal pero que estaba concebido íntegramente como esfuerzo de Guerra Fría. Agrego a esta kino-reseña una imagen de Reagan cubriendo para la ABC la inauguración del primer parque de diversiones Disneylandia en Los Ángeles el 17 de Julio de 1955.

Disney había unido la suerte de sus parques de diversiones a la naciente industria de la TV. Para entender la alianza, veamos cómo estaban las cosas en materia de telecomunicaciones en el mundo hace siete décadas. En 1950 había en EUA 93 millones de receptores de radio, Europa tenía 23 millones y la URSS 41 millones. Latinoamérica, tenía apenas 7 millones de aparatos (y 3.3 millones de ellos estaban en México). Por su parte, los aparatos de TV aún eran muy caros en 1950. Una tele valía el salario medio de varias semanas. En contraste con el radio, en 1953 apenas había 28 millones de teles en EUA frente a sólo 3 millones en Europa –incluida la URSS. En ese año, 9 de cada diez televidentes en el mundo eran estadounidenses. (Todos estos datos los tomo de un reporte de la UNESCO de 1963, que puedes revisar en la Liga 3.)

La TV se expandió en todo el mundo en aquélla su primera década –aunque no de un modo uniforme. En 1960 ya había 61 millones de teles en EUA. Apenas el doble. Los aparatos de radio aumentaron casi en la misma proporción, para llegar a 170 millones. Lo notable es que en EUA había tres radios por cada tele. Este último medio, que los estudios de cine consideraban un competidor peligroso, no lo era tanto. Se trataba, en realidad, de una oportunidad. Disney lo entendió así. Su estudio fue el único que buscó una alianza estratégica con el nuevo medio. La American Broadcasting Company (ABC) –que acababa de formarse y necesitaba ganarse nichos en el mercado– accedió a financiar el parque de diversiones Disneylandia a cambio de que el Estudio produjese para ellos un programa semanal con el mismo nombre. Ese es el contexto corporativo de Reagan como locutor comentando la inauguración del parque en 1955.

Volvamos un momento a los números de la UNESCO. Siete años más tarde, en 1960, había en Europa 26 millones de teles. Aparte había 5 millones en la URSS. En conjunto, había diez veces más teles que en 1953. Un incremento mucho más notable que en EUA. Por lo mismo, en 1960 la tele-audiencia estadounidense bajó a ser sólo el 60% de la mundial; pero  Europa occidental representaba ya un significativo 25%. Esto nos indica que los contenidos de la programación de la alianza Disney-ABC debían enfocarse tanto a EUA como a Europa.

Los admiradores de Walt Disney, como el youtubero regio-palestino-libanés Farid Dieck (n.1993), subrayan su visión de futuro al apostar por la TV pese al pequeño mercado original. (Liga 4.) Eso es verdad, pero es sólo parte de la realidad. Yo subrayaré aquí la conexión del proyecto Disney con los esfuerzos culturales de Occidente durante la Guerra Fría.

En México conocimos ese proyecto televisivo como Disneylandia: Mágico Mundo de Color –aunque originalmente se produjo y transmitió en blanco y negro. A principios de los años 1970s, la cartelera original Disney/ABC estaba dando la vuelta en Latinoamérica en re-runs. (En la Liga 5, puedes ver la entrada del programa como se transmitía en México durante mi infancia.) La programación incluía animaciones, películas live-action y documentales que habían recorrido con mucho éxito la ruta televisiva de EUA y Europa desde 1955. No debe sorprendernos, la Guerra Fría se intensificó en Nuestra América precisamente en l970.

Dos anécdotas (una visita y una cancioncita) resumen el significado global de la empresa Disney/ABC. En 1959, Nikita Khrushchov, secretario general del Partido Comunista de la URSS, visitó los EUA como parte del deshielo post-estaliniano. Pintoresco pero serio, antes de llegar a California, el camarada secretario general había señalado que deseaba entrevistarse con John Wayne y visitar Disneylandia. Con Wayne disfrutó un duelo de shots de vodka y tequila. Luego intercambiarían cajas de vodka Stolichnaya y tequila Sauza Conmemorativo. (Para una reseña de la visita soviética a Hollywood, revisa la Liga 6.) Pero respecto del parque de diversiones, la policía de Los Ángeles señaló que no podía hacerse responsable de la seguridad del líder comunista. Este estalló y se burló de la excusa… ¿Acaso unos gánsteres han tomado el control de Disneylandia?, preguntó a los invitados en una elegante comida. (Liga 7.) En realidad, habría sido un contrasentido que el premier soviético fuera recibido en la meca del proyecto que se oponía con mayor fervor a la revolución de obreros y campesinos. Podemos imaginar a GE, Reagan, Walt Disney y ABC poniéndose de acuerdo para denegar la entrada a Khrushchov.

La pregunta relevante es por qué Nikita quería visitar el parque. Las guerras culturales son cosas muy complicadas. Testimonio de ello es la atracción It’s a small world de Disneylandia. Walt Disney la diseñó a petición de la UNICEF para la Feria Mundial de Nueva York de 1964. El montaje lo pagó Pepsi. Disney trasladó el set a su parque en California en 1971. La atracción es un recorrido en bote que muestra a la audiencia distintas regiones del mundo, adonde unos lindos robots niños cantan la misma canción en todos los idiomas del mundo. La tonadita de It’s a small world (after all) es pegajosa y se ha universalizado. (Liga 8.) Desde su inauguración en 1964 se presentó como la respuesta pacifista a la Crisis de los Misiles de 1962 –celebrando que no había ocurrido la hecatombe nuclear.

Aunque la crisis en Cuba no habría ocurrido si los EUA no hubiesen colocado sus misiles nucleares en Turquía –este último detalle sólo lo recuerda (y muy de paso) una película de la saga de los X-Men. (Primera Generación, Vaughn, 2011.) En cambio, el Oeste santificó el modo en que la Administración Kennedy manejó la crisis. (Trece Días, Donaldson, 2000.) ¿Alguien se preocupó del bloqueo económico a Cuba luego de 1962? Pocos. Tienen más audiencia las historias de espionaje en Moscú previo a la crisis. (El espía inglés, Cooke, 2020.) En cambio, todos tarareamos It’s a small world

Las melodías de Prokofiev para su cazador infantil en Pedro y elLlobo las recordamos por la película de 1946 de Disney. Nadie recuerda que esa partitura se le encargó al compositor para estrenarse en Teatro Infantil Central (Центральный детский театр) desde 1936 y que se utilizó masivamente para enseñar a las niñas y niños soviéticos la diferencia entre los instrumentos de una orquesta sinfónica.

Nikita quería visitar Disneylandia porque después de la segunda Guerra Mundial la URSS había perdido la batalla cultural. Y una de las películas de Disney que mejor representa esto es Recordarás Viena (Almost Angels) dirigida en 1961-1962 por Steve Previn (1925-1993). Yo la ví en dos capítulos en los re-runs de Mágico Mundo de Color en la primera mitad de los 1970s. Tú puedes verla en el servicio streaming de Disney+. La historia es sencilla y linda, escrita por el británico Vernon Harris (1905-1999) y el alemán Robert A. Stemmle (1903-1974). Seis años más tarde, Harris ganaría el Óscar por mejor adaptación por Oliver! (1968).

Un chico vienés de 12 años, Tony Fiala, desea unirse a los Niños Cantores de Viena (Wiener Sängerknaben). Tony es interpretado por el escocés Vincent Winter (1949-1998). La primera escena nos muestra un ferrocarril que llega a la capital austriaca. Los niños cantores bajan de él. Vienen llegando de una gira por los EUA. Traen sombreros vaqueros y cámaras de ocho milímetros. Tony es el hijo del maquinista, pero le entusiasman más los chicos del coro que el ofrecimiento de su padre para que él conduzca el tren a los talleres de la estación. La madre de Tony es pianista é impulsa al hijo en su sueño. El talento de este es reconocido por el director musical del coro, Max Heller (interpretado por el austriaco Peter Weck, n.1930).

Muchas personas aman este filme por las bellas vistas del río Danubio y las montañas austriacas. Pese a que los hechos se ubican en 1951, la Austria de la posguerra no aparece. Todas las clases sociales gozan de igual prosperidad. La película nos muestra el ascenso de Tony al rol de solista y cómo desplaza a otro chico, llamado Peter Schaefer (interpretado por el australiano Sean Scully, n.1947). Peter ya tiene 14 años y está a punto de que le cambie la voz –lo cual implica su final en el coro. La película nos muestra primero la lucha por ascender de Tony, para luego contar la trágica salida de Peter. Por supuesto, los dos chicos terminan amigos –y el coro retoma a Peter como aprendiz de director. (Es Disney, no la realidad.)

Nota, querida lectora, la mezcla de muchas nacionalidades en la producción. El casting fue cuidadoso. El director Weck/Heller había interpretado a uno de los hermanos del káiser Francisco José II en la saga rosa de Sissi en 1955 –una oda al imperio austro-húngaro. En Recordarás Viena uno no termina de entender si Austria es una república, porque los chicos del coro se visten como soldaditos del imperio Habsburgo. El niño escocés (Winter/Tony) había aparecido dos años antes en The Kidnnapers (Paterson, 1953) una emotiva narración sobre los recios valores democráticos y populares del mundo anglosajón.

La producción de Disney para ABC es una oda a la cooperación entre la culta Europa (que tiene instituciones de élite como los Wiener Sängerknaben) con el modo americano de vida –simbolizado por el hijo del ferrocarrilero que desea ser cantor de élite. Parece una obra maestra de la inocencia infantil. Por el contexto que te cuento, no es tal. Importa señalar que la historia no tiene anclajes biográficos. Todos los personajes son sólo símbolos en la Guerra Fría cultural.

La semana que viene te contaré cómo la narración de Recordarás Viena se encarnó, paradójicamente, en la realidad social, material y biográfica de la Unión Soviética.

Ligas usadas en este texto:

Liga 1:

https://www.c-span.org/video/?473730-1/president-reagan-readers-digest-interview

Liga 2:

https://www.historynewsnetwork.org/article/the-ge-years-what-made-reagan-reagan

Liga 3:

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000033739

Liga 4:

https://www.facebook.com/watch/?v=2740687139433789

Liga 5:

Liga 6:

https://www.latimes.com/archives/la-xpm-1999-jan-24-me-1235-story.html

Liga 7:

https://web.archive.org/web/20090814120836/http://seansrussiablog.org/2009/07/24/nikita-khrushchev-doesnt-go-to-disneyland/

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