El presidente Biden dedicó su discurso de despedida del miércoles por la noche a recordarle al mundo la importancia de la democracia estadounidense y la necesidad de protegerla, pero advirtió a la nación y a su sucesor sobre los peligros del poder sin control en Estados Unidos.
En una despedida simbólica de una nación a la que ha servido durante más de cinco décadas y de un cargo que cede a un hombre al que desprecia, Biden calificó de oligarquía al círculo del presidente electo Donald Trump, una denuncia de la concentración de riqueza que gira en torno a Trump y a muchos de sus asesores, informales y formales, que son más que multimillonarios.
Al dirigirse al público estadounidense por última vez antes de su último día en la presidencia, el lunes, Biden evitó tratar de definir su legado presidencial y, en cambio, puso su experiencia en la vida pública en el telón de fondo de la democracia estadounidense. “Después de 50 años en el centro de todo esto, sé que creer en la idea de Estados Unidos significa respetar las instituciones que gobiernan una sociedad libre”, dijo, antes de enumerar varias de ellas —como la presidencia, la prensa y los tribunales—, que Trump ha pasado años atacando.
Está previsto que Biden deje oficialmente el cargo el lunes a mediodía, cuando Trump tome posesión.
Esto es lo que hay que saber:
Un escenario familiar: Biden habló desde el escritorio Resolute del Despacho Oval, donde hace seis meses, en un discurso en horario de máxima audiencia, explicó por qué se había retirado de la contienda presidencial.
Una larga tradición: el ritual de un discurso de despedida se remonta a George Washington, y muchos presidentes han invocado este privilegio para reflexionar sobre sus logros y advertir sobre futuros retos. El discurso de Biden evocó el pronunciado por Dwight D. Eisenhower, quien dejó el cargo tras más de cinco décadas de servicio público, al igual que hará Biden.
Con información de: The New York Times en Español