La feria de arte contemporáneo ZⓈONAMACO inauguró este miércoles su edición 16, con una programación y una organización que refrescan el arte contemporáneo en México, en busca de consolidarse como la más importante de Latinoamérica.
Tania Ragasol, directora artística del evento, consideró que tras 16 años de “ofrecer perspectivas distintas dentro del mismo y muy amplio panorama del arte contemporáneo”, se ha conseguido que confluyan públicos muy diversos.
En esta edición, en la que se reúnen 180 galerías de 22 países, ya no hay esa participación exclusiva de público especializado (como editores, directores de museos o coleccionistas), sino que también acuden “estudiantes, familias o personas que están pensando en empezar una colección”, explica Ragasol.
A pesar de la intención principal de ZⓈONAMACO desde su creación de incentivar el coleccionismo “desde México y en México a nivel internacional”, los organizadores intentan que cada año haya novedades y presencias que hagan que la barrera de “rechazo o recelo” existente hacia el arte contemporáneo se convierta en curiosidad.
Este año, la mayor novedad es la inclusión de un programa de performance comisionado por la brasileña Kiki Mazzucchelli, que incluye en ZⓈONAMACO Sur propuestas que utilizaron este tipo de técnica. Otra novedad es la participación del mexicano radicado en Nueva York José Esparza como curador de la sección Nuevas propuestas, en la que se trata de cuestionar el término nuevo, “alejándolo de la temporalidad o edad y acercándolo a modos de hacer”, comentó la directora artística.
El sector dedicado a libros de la feria, que se celebra en el Centro Citibanamex hasta el 10 de febrero, aunque no es una novedad de este año, sí se ha ampliado con la intención de brindar a los visitantes una oferta más variada.
Es el caso de Caterina Ragg y Adriana Monsalve, de la editorial Homie House Press, que tienen comercio en Washington y en Milán y que elaboran fanzines y libros centrados en fotografía “alrededor de temas personales, políticos y poéticos como son la migración, la identidad femenina y otras identidades poco representadas en el mundo editorial”, cuentan.
Con información de Milenio.