La Asamblea Feminista de San Luis Potosí, despliega el comunicado y anuncia la marcha para este 8 de marzo en el marco del Día Internacional de la Mujer. La marcha es este viernes a las 4:30 pm en el edificio de Seguridad Pública Estatal.
A continuación el comunicado:
El 8 de marzo de 1857, en Nueva York, cientos de mujeres trabajadoras de fábricas textiles salieron a las calles para exigir mejores condiciones laborales, percibían menos de la mitad de los salarios que recibían los hombres por la misma jornada laboral. La policía reprimió la marcha con tal brutalidad, que 120 mujeres fueron asesinadas, a raíz de esta lucha surge el primer sindicato conformado por mujeres.
El 8 de marzo fue reconocido por la ONU en 1975, como Día Internacional de la Mujer, día que conmemora y recuerda a todas aquellas mujeres que son y fueron madres, esposas, trabajadoras, hijas, hermanas, estudiosas, indígenas, lesbianas, locas, brujas, feministas.
El 8 de marzo, las mujeres hemos decidido salir a marchar, a visibilizar, cómo las condiciones actuales no distan de ser iguales a las de hace 100 o 200 años, la retracción del estado benefactor y los ajustes neoliberales en todo el mundo cobran la vida de niñas y mujeres, especialmente en los países pobres semicoloniales y endeudados, como es el caso de México, generando condiciones de muerte para las mujeres.
El 8 de marzo las mujeres alzamos la voz y decimos ¡basta del sistema patriarcal que nos reprime, que nos obliga, que nos mata, que nos limita, que nos lastima, que nos anula y nos elimina!
El 2018 representó, para las mujeres y la lucha por nuestros derechos, un año importante; un año con enormes logros y significativa cooperación organizativa entre nosotras.
No fue fortuito que las mujeres chilenas tomaran las calles, que la marea verde ocupara Argentina cual tsunami, las movilizaciones en España y varios países de Europa, la organización de las polacas para exigir el inalienable derecho a decidir sobre sus cuerpas, las manifestaciones de mujeres estadounidenses contra su gobierno, las venezolanas alzar la voz para ser escuchadas, nosotras mismas en San Luis Potosí, combatiendo juntas el golpe que la violencia machista nos asesto el 25N.
Y así, como esas, las marchas, los mítines, las movilizaciones se fueron replicando en todo el mundo; las plazas, las calles y los espacios públicos fueron tomados y ocupados por mujeres, y por ello, en el marco del 8M, las mujeres potosinas nos hemos congregado, para parar juntas.
Se convoca a un paro nacional, pero somos conscientes de que el paro va más allá de los espacios laborantes que el patriarcado considera “trabajo”, sino que paramos y llamamos a dejar de servir a otros, antes que a nosotras mismas todos los días. Sobre nuestras cuerpas está construido el patriarcado y el capitalismo. Nos negamos a ser explotadas hasta la muerte por cualquier hombre, paramos de esa doble o triple carga, que la mayoría de las mujeres llevamos a cuestas, por ser trabajadoras y por ser mujeres. Si paramos nosotras, se para el mundo.
Denunciamos las políticas de ajuste que tienen como efecto, hacer aún más pesada la carga sobre las mujeres, y son pensadas como prácticas clientelares que aumenten los cuadros votantes del gobierno en turno, tales como la desaparición de las estancias infantiles para que sean nuevamente las abuelas quienes cuiden a las y los nietos. Los recortes al área de género, las constantes amenazas como el retraso del apoyo a refugios de mujeres, cuyas vidas corren peligro por la violencia machista, y a la ideología conservadora y patriarcal del código de ética del gobierno federal.
Porque es a nosotras a quien se nos ha encomendado cuidar del mundo, y nunca se nos ha pagado ni dado el crédito por ello. Paramos para visibilizar que no permitiremos que el mundo siga de pie, a costa de la precariedad de nuestros salarios, del abandono a nuestros hijos, de nuestra capacidad para cubrir la doble jornada del trabajo fuera y dentro de casa, a costa del acoso que sufrimos en el trabajo y en la escuela, a costa de que nuestras vidas sean arrancadas por la violencia machista.
Como les sucediera a las primeras huelgas de mujeres, sabemos que sólo nos tenemos a nosotras, y que debemos organizarnos para frenar la violencia que nos impone el sistema patriarcal y capitalista. No sólo exigimos mejores condiciones de vida, exigimos que se nos deje de explotar sexualmente, emocionalmente, que se elimine para siempre la práctica de alquiler de vientres, que se desmantelen las redes de trata y se elimine la pornografía que es pedagogía de la violencia contra las mujeres, que se abran centros para infantes de estimulación temprana, que se creen sistemas de pensiones para los millones de mujeres trabajando de forma informal, que los refugios para las mujeres víctimas de violencia y sus hijos, sigan funcionando y dando cobijo a las mujeres que no pueden acceder a otro lugar seguro, que se creen empleos dignos a las jóvenes, y esperanza y seguridad a las niñas. Queremos pan, pero también queremos rosas.
Las mujeres paramos. Porque si nosotras paramos, se para el mundo.