En los próximos días tendremos de nuevo por acá al Presidente AMLO, de gira por la Huasteca, en Aquismón y Ciudad Valles.
Llegará precedido del anuncio de recortes al de por sí ajustado presupuesto 2019, se habrá dado cuenta ya que para cumplir con sus ambiciosos programas sociales requiere mucho más dinero del previsto.
Desde la última vez que estuvo en Cedral para presentar la renovada canasta básica, las cosas han empeorado en diversos aspectos: la criminalidad sigue en ascenso, con la variante de que se cometen ejecuciones y feminicidios cada vez con mayor crueldad y las autoridades de los tres niveles de gobierno ni se inmutan.
En este escenario de indefensión, la justicia de propia mano es pan de todos los días en las colonias periféricas; además han resurgido las desapariciones de jóvenes mujeres en la Zona Metropolitana, en algunos casos con desenlaces terribles como el de la estudiante de la Politécnica.
Habrá que esperar a que entre en funciones la Guardia Nacional para ver si las cosas mejoran o es más de lo mismo: una policía federal revolcada con un perfil militar matizado.
Proyectos en el aire
Los proyectos de movilidad siguen en espera de financiamiento, quizá AMLO tiene desconfianza sobre la honesta aplicación de los recursos federales, no falta quien lo haya puesto al tanto de que, por ejemplo, el Metrobús fue una decepción colectiva por culpa de la SEDUVOP, donde despacha un constructor “fifí” al que ninguna contraloría ni organización ciudadana, de esas que se asumen como “anticorrupción”, se atreve a revisar su desempeño.
No vemos a un AMLO decidido a atender las peticiones de la cúpula del sector privado y del gobierno estatal para contar con una vía alterna a la Zona Industrial, seguirá el tormento de la carretera 57 saturada.
AMLO tampoco ha anunciado una partida millonaria para continuar con el “rescate” del Centro Histórico (compromiso de campaña y luego de gobierno de Enrique Peña Nieto), se ha vuelto una cuantiosa obra interminable que solo oxigena a un proyecto político identificado con el PRIAN, avanza a paso de tortuga, la rehabilitación de calles como Álvaro Obregón y Mariano Arista provocaron el cierre de comercios y permanecen las sospechas de favoritismos e irregularidades, al igual que la avenida Carranza.
Y la Estación de Transferencia sirve más a nuevos ambulantes que para dar agilidad al transporte urbano. AMLO tiene olfato para detectar donde hay transas, se formó en el viejo PRI, así que es difícil engañarlo.
Como no hay muchas expectativas de que fluyan los recursos públicos en este sexenio que promete privilegiar a los desposeídos por el neoliberalismo, se logró atraer el interés de Carlos Slim por el Centro Histórico, si le entra es porque hará grandes negocios no obras de caridad cristiana.
¡Ya chole!
En Morena tampoco vemos una mejoría, la dirigencia estatal, la bancada del Congreso del Estado y el delegado Gabino Morales siguen confrontados, se quiere forzar una falsa realidad para mostrar que impera la concordia y la unidad durante la próxima visita presidencial y evitar la penosa expresión de “¡Ya chole!” lanzada con exasperación en Cedral.
D’Argence: una voz discordante
El complaciente coro de voces empresariales que se empeñan en quedar bien con el poder a cambio de prebendas y trato preferencial para hacer negocios a pesar de que la situación económica y social de la entidad empeora, tiene su contraparte en Héctor D´Argence, no preside ninguna cámara sino un parque industrial privado, no se tienta el corazón para criticar a las autoridades por la inseguridad. (Javier Padrón)
