Los principales signos para detectar la enfermedad denominada Trastornos del Espectro Autista (TEA), comienzan desde la niñez temprana y por lo general duran toda la vida, puede variar mucho la enfermedad de persona a persona dependiendo de la gravedad e incluso pueden pasar desapercibidos, en el caso de los menores con este padecimiento leve o con discapacidades menos debilitantes.
Por ello la importancia de sensibilizar y conmemorar éste 2 de abril como el Día Mundial de Concientización Sobre el Autismo, así lo dio a conocer la Dra. María Jocelyn Bravo Ruvalcaba, Jefa del Departamento de Atención a la Salud de la Infancia y la Adolescencia.
Explicó que en la infancia, el TEA se puede identificar con las siguientes características: “sino señalan objetos para demostrar su interés, si una persona señala el objeto no los ven, además tienen dificultad para relacionarse con los demás o no manifiestan interés por otras personas, evitan mucho el contacto visual y siempre quieren estar solos, también tienen dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos, no les gusta que los abracen o abrazar a otras personas, sólo cuando ellos quieren, entre otros”, por lo que recomendó siempre acudir a sus citas programadas para el cuidado del infante.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que se presenta en 1 de cada 160 niñas y niños. Aún no se tiene una única causa conocida, pero se sabe que algunos casos están ligados a la genética y el medio ambiente.
La doctora Joselyn Bravo, comentó que “determinados factores aumentan el riesgo de padecerlos, como: los hombres tienen hasta cuatro veces más probabilidades de padecer un TEA que las mujeres. Los niños con ciertas enfermedades genéticas tienen un riesgo mayor de lo normal de presentar un trastorno del espectro autista o síntomas parecidos a los del autismo, por ejemplo: el Síndrome del Cromosoma X frágil, la Esclerosis Tuberosa, y el Síndrome de Rett. Los bebés prematuros también pueden tener un mayor riesgo de padecer TEA”, puntualizó.
“El desarrollo físico, cognitivo y psicosocial es muy importante para el sano crecimiento de niñas y los niños, es por ello que como parte de la atención integrada a la salud de la Infancia, a todas las niñas y los niños menores de 5 años se les deberá realizar una evaluación del desarrollo, y en caso de que el personal de las unidades de salud detecte algunos signos o síntomas sugerentes de TEA, para establecer un diagnóstico el o la niña deberán ser evaluados por un equipo de salud multidisciplinario y especializado en el tema; siendo los tres años de edad, el periodo oportuno para diagnóstico y tratamiento”, concluyó.