Javier Padrón
Desde el 2011 la asamblea de comuneros de San Juan de Guadalupe aprobó la donación de 100 hectáreas a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí para la construcción de una Ciudad Universitaria, a cambio de becas para hijos y descendientes de los comuneros, además de apoyo técnico para regularizar los asentamientos, levantamiento topográfico y elaboración de planos.
El 10 de abril de ese año, con el comisariado de bienes comunales presidido por Aniceto Jasso Bravo y fungiendo como secretario Gilberto Ángel Acosta Pitones y como tesorera Alejandra Pérez López, se realizó una asamblea para tratar diversos puntos, entre ellos la donación a la UASLP, la construcción de un cementerio y lo relativo a la inmobiliaria comunal Malchinali.
Esta inmobiliaria ya había sido creada con 270 comuneros, fue el primer intento de los fraccionadores de apoderarse de 4 mil hectáreas, fracasaron por la opinión negativa de la Procuraduría Agraria por la falta de uso de suelo.
Borrar la “leyenda negra” de la comuneros
Entre los beneficios a recibir con la donación a la UASLP, se mencionó que las nuevas generaciones de comuneros tendrían garantizada su formación y trabajo, porque “nadie hará por nosotros, lo que nosotros no seamos capaces de hacer por nosotros mismos”, y con la Ciudad Universitaria traería consigo “la plusvalía” de sus tierras, la introducción de energía eléctrica, agua potable, vías de comunicación y la demanda de servicios para el estudiantado”.
La donación, consideraron, también contribuiría a acreditar “el cambio de actitud y comportamiento social de la comunidad, para empezar a borrar la leyenda negra que nos heredaron los supuestos defensores de la comunidad”, se asentó en el acta de la asamblea.
La petición la realizó el entonces rector Mario García Valdez, y fue sometida a votación: 268 comuneros estuvieron a favor, siete en contra y cinco se abstuvieron; pero para tener validez se tendría que votar en una “asamblea calificada” y ante un notario público, por lo que la petición ha estado en suspenso hasta ahora.
En la sesión de este domingo pasado, en la que se aprobó la asociación con la inmobiliaria “Espacios del Horizonte” a través de contratos individuales, de acuerdo a testimonios de algunos comuneros presentes se mencionó que la donación a la UASLP se mantenía firme y se le dará el trámite correspondiente.
Esta estrategia de donar a la UASLP es muy similar a la que se usó en el caso de la privatización de casi mil hectáreas del ejido la Garita de Jalisco, por los empresarios Carlos López Medina, Vicente Rangel Lozano y Roberto García Navarro, al donarse una superficie que estaba dentro de una reserva ecológica para la actual sede del Tecnológico de Monterrey.