Con todo y su cláusula de confidencialidad, este fin de semana se hizo público el contrato individual de los comuneros con el que están formalizando el contrato de asociación en participación, aprobado por mayoría en la asamblea comunal del pasado 21 de julio con la empresa “Espacios en el Horizonte”, que pasaría a tener el control absoluto de 2068 hectáreas de la Sierra de San Miguelito.
Cada comunero que ha firmado, unos 100 hasta ahora, recibe un flamante cheque de 23 mil 800 pesos; faltarían más de 235 comuneros de firmar. Esta cantidad es un anticipo de las utilidades, como otra de 59 mil 701 pesos, que recibirán cuando el desarrollador tenga el dominio pleno de las tierras; las demás utilidades las determinará el mercado inmobiliario que no se tienta el corazón con los débiles.
Carlos “El Chato” López Medina debe estar muy contento porque su negocio avanza luego de varios años de trabajo, caídas y preparación, a la vez debe estar molesto porque el contrato no pudo mantenerse en secreto y ya ha sido calificado de “infame” por Carlos Covarrubias, el asesor legal de un grupo de comuneros y sus descendientes.
El desarrollador podría alegar que es un negocio entre particulares, que la prensa ni nadie más tiene por qué meter sus narices, la naturaleza pública es inherente a las consecuencias del contrato que implican la construcción de residencias sobre una parte de la sierra que estaría dentro del área natural protegida decretada por el gobierno estatal el año pasado (más de 12 mil hectáreas entre los municipios de SLP, Mexquitic, Villa de Reyes y Villa de Arriaga), y está en trámite una declaratoria federal que abarcaría 63 mil hectáreas.
Lo más saludable para mantener la cordura y el estado de derecho, sería suspender cualquier negociación en tanto la Semarnat concluya su trabajo que es de interés público; también estaría por determinarse si procede la sociedad de los comuneros con los desarrolladores con fines inmobiliarios, en el gobierno de la #4T no sería bien visto este “negocio neoliberal” con una sentencia de la SCJN que considera anticonstitucionales las sociedades de este tipo, el pez grande se come al chico.
En 26 años solo se han creado 21 sociedades inmobiliarias en todo el país solo con ejidatarios, y se disuelven de manera anticipada para favorecer al capitalista y dejar al garete al que aportó las tierras, si soñaron con muchas utilidades despiertan pronto y se embargan de decepción, eso de hacer ricos a otros con tu propio patrimonio y quedarte mirando.
“El Chato” es un hombre de negocios no una dama de la caridad y a los comuneros no debemos verlos con indulgencia ni paternalismos priistas, estarían en su derecho de vender pero no a lo tarugo a este tiburón: están en una franca desventaja frente al desarrollador que los deslumbra con unos abalorios, y se debe anteponer el derecho ambiental que nos atañe a todos sobre el derecho comunal de aportar las tierras a un negocio en el que se vuelven decorativos.
Los comuneros deberían conocer la experiencia de sus vecinos, los (ex)ejidatarios de la Garita de Jalisco, en los años noventa le vendieron a “El Chato”, Vicente Rangel y los García Navarro mil hectáreas, y son contados los que se dan vida de millonarios.
Los comuneros que por generaciones ancestrales se han transmitido los títulos de propiedad de la Sierra de San Miguelito, están a punto de darse un balazo en el pie, además de contribuir a un daño irreparable al ecosistema que nos oxigena.
El avalúo del metro cuadrado de 83 pesos estuvo a cargo de BANREGIO, cuyo directivo principal aquí es Fernando López Palau, otro tiburón para los negocios, de las élites potosinas, muchos años al lado de los Valladares, ahora de “El Chato”, fue titular de la SEDECO en los gobiernos de Fernando Silva Nieto y Marcelo de los Santos.
Ni siquiera los 100 pesos les ofrecieron, cuando estén en el mercado cada metro podría llegar a costar más de 10 mil pesos y hasta 20 mil en alguna zona VIP, como sería La Cañada de Lobo.
La historia del comunero y la del desarrollador es como la del peón y el hacendado del porfiriato, o aún peor porque estamos en el siglo XXI.
¿DESPISTADO?
El discurso del morenista Alejandro Rojas Díaz Durán, cuando se refiere a los asuntos de San Luis Potosí, pretende ser crítico, un agitador, al evidenciar a diputados locales, dirigente estatal y funcionarios federales de traicionar los dogmas del líder presidencial, como parte de su campaña anticipada por la dirigencia nacional de Morena.
No hay duda de que Rojas es un alfil del senador Ricardo Monreal, considerado uno de los políticos más inteligentes de la #4T, por eso sorprende que hayan hecho una alianza con José Antonio Lorca Valle, desconocido para la mayoría de la militancia, apareció apenas en la campaña de julio y ahora aspira a suceder a Sergio Serrano; le entra a todos los moles, también estuvo al lado de René Bejarano en una gira casi clandestina por varios municipios promoviendo el movimiento de la esperanza entre unas cuantas personas reunidas.
Los monrealistas no parecen tener mucho futuro en San Luis Potosí, parecen actuar como para haber que obtienen de la derrota, a menos que AMLO le haya dado vara alta a Monreal para tratar de recomponer la situación potosina que no pinta nada bien.
LUCHA DE PODERES
Lupillo González, de Ciudadanos Observando, ya exasperó a algunos diputados con sus revelaciones sobre sus abusos y descaros vía transparencia. Óscar Vera lo consideró patrocinado por el Poder Ejecutivo, porque solo se ocupa de sacar la pus del Poder Legislativo. El inicio de semana es a tambor batiente. [Javier Padrón]