Antonio Navarro Robles Gil se fue de San Luis Potosí cuando el gobernador panista Marcelo de los Santos emprendió una cacería en contra de varios exfuncionarios silvanietistas por presunta corrupción.
Estuvo al frente de la SEDUVOP, una mina de oro hasta la fecha para quienes han sido sus titulares, también dirigió los invernaderos de Santa Rita, una paraestatal que solo ha beneficiado a la alta burocracia priista, y formó parte del patronato del Museo Federico Silva.
Ha regresado a la vida pública como delegado estatal de las Redes Sociales Progresistas, organización de la maestra Gordillo que dirige su nieto René Fujiwara Montelongo y está en proceso de convertirse en un nuevo partido político afín al Presidente AMLO.
El nombramiento de Navarro circula en las redes sociales para que todo mundo se entere, está firmado por Fujiwara, Juan Iván Peña Neder, quien fuera funcionario muy cercano del exgobernador Fernando Silva Nieto, con una trayectoria accidentada, estuvo preso acusado por su exesposa y estuvo metido en un escándalo de permisos de casinos; y por José Fernando González Sánchez.
La espada torcida de Rojas Díaz Durán
Ya perdimos la cuenta de las veces que Alejandro Rojas Díaz Durán ha venido a la ciudad a promoverse como aspirante a la dirigencia nacional de Morena.
El eje de su discurso es ventilar la antidemocracia y corrupción que impera en el partido y en los funcionarios federales, aunque prefiere no entrar en detalles.
Más que militante de Morena parece su opositor feroz, un dinamitero de la propia casa que le da cobijo. Se hace acompañar de manera invariable de José Antonio Lorca Valle, quien quiere competir por la dirigencia estatal.
La carta de presentación de Alejandro es el cargo de suplente del senador Ricardo Monreal, para darle más fuerza a sus palabras y se entienda con claridad a quien obedece y representa en la disputa por la dirigencia de Morena.
Desde una mesa de la Posada del Virrey, su guion no cambia, críticas y descalificaciones a sus adversarios Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján y Mario Delgado.
En esta ocasión, lanzó además diatribas en contra del “superdelegado” Gabino Morales, amenazó con destituirlo cuando gane la elección interna —que será por encuesta por sugerencia de AMLO—; debido a las denuncias que enfrenta y ¡por rodearse de priistas!; algunos medios refirieron que Rojas propuso a Juan Ramiro Robledo Ruiz para reemplazar a Gabino, nadie le susurró que el líder de los macabeos quiere ser el candidato de Morena a la gubernatura.
A la gallardía también le tundió, no dejará entrar en Morena a Ricardo Gallardo Cardona, justo cuando éste anunció su ingreso a la bancada del PVEM, aliado de la Cuarta Té; y desestimó a Esteban Moctezuma como posible candidato a la gubernatura.
Con esta estrategia de chivo en cristalería se ve difícil que Rojas logre convertirse en líder de Morena, no genera adhesiones de la militancia, las ahuyenta, sus seguidores locales son escasos por no decir invisibles. [Javier Padrón]