La Secretaría de Cultura se suma a las actividades que se realizarán en este mes a propósito del día 25 de noviembre, “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.
En este sentido, se continuará con el ciclo “Fílmate de Naranja”, con “Ágora” en la Casa de Cultura del Barrio de San Miguelito el lunes 26 de noviembre a las 10:00 horas, entrada libre; con el objetivo de contribuir a la erradicación de la violencia de género mediante productos culturales como el cine en las casas de cultura en los barrios, generando además, espacios de reflexión en torno a este problema.
Ágora es una película española dirigida por Alejandro Amenábar, esta cinta presenta un drama histórico que se desarrolla en la ciudad de Alejandría, Egipto,a partir del año 391 d. C., la protagonista es la matemática, filósofa y astrónoma -Hipatia de Alejandría”, quien fue asesinada, descuartizada e incinerada por seguidores del obispo y santo cristiano Cirilo de Alejandría en el año 415 d. C.
También el Museo Nacional de la Máscara, participará con otras instituciones para la realización de la X Jornada Académica y Formativa “Transformación política del estado y siguen los retos para erradicar la violencia contra las mujeres en México”, que se llevarán a cabo del 23 de noviembre al 4 de diciembre, estas actividades no tienen costo y quienes asistan en su totalidad, podrán recibir una constancia con valor curricular de 30 horas.
En estos 16 días de activismo, la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí realizará dos conciertos; el 30 de noviembre y el 2 de diciembre, en los que buscará sensibilizar el público sobre esta problemática que afecta principalmente a las mujeres alrededor del mundo.
De acuerdo con información de ONU, el tema del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de este año es “Pinta el mundo de naranja: #EscúchameTambién”.
Este lema tiene como propósito honrar y amplificar todavía más las voces de las personas, ya sea la de una ama de casa en su hogar, la de una alumna que sufre abusos de su profesor, la de una secretaria de oficina, la de una deportista o la de una muchacha que está de pasante en una empresa, uniendo sus experiencias de su contexto y sectores, en un movimiento mundial de solidaridad.
Es un llamado a escuchar y a creer en las personas sobrevivientes, con el objetivo de poner fin a la cultura del silencio, y a que nuestra respuesta tenga como centro de atención las personas sobrevivientes.
Se debe dejar de cuestionar la credibilidad de la víctima y en su lugar hay que centrarse en la rendición de cuentas del agresor.