Javier Padrón
El incremento a la tarifa del agua en los municipios de San Luis Potosí, Soledad y Cerro de San Pedro se ha complicado, la propuesta original del 40 por ciento cayó a un “insuficiente” 14 mediante una maniobra sospechosista, quizá motivada por futuros fines electorales.
De hecho, el alcalde capitalino Xavier Nava ya había afirmado que estaba dispuesto a asumir el costo político de esta medida a todas luces antipopular.
¿Alguien quiso ayudarle a Nava para que no tenga que pagar los platos rotos por el malestar social que generaría un aumento excesivo de golpe y porrazo? ¿El PAN no estuvo de acuerdo porque el reclamo ciudadano también le afectaría en el 2021?
La clave de los enjuagues con agua zarca podría estar en la dupla de los diputados Mario Lárraga y José Antonio Zapata, presidente y vicepresidente respectivamente de la Comisión de Agua del Congreso del Estado.
El dictamen votado el martes pasado en lo oscurito por esa comisión resultó un fiasco, y Lárraga ni Zapata han hablado con la verdad.
Del diputado del PES no se puede esperar mucho, votó en contra del incremento del 40 por ciento pero, contradictoriamente, justificó el alza ante los medios. Luego tuvo que tragar sapos al salir con que siempre no, el porcentaje aprobado fue del 14 por ciento.
Su partido, de supuestas raíces evangélicas, no es confiable aunque haya formado parte de la avasalladora coalición “Juntos Haremos Historia”, hay que recordar su deleznable papel jugado en la elección del 2015, solo se dedicó a “torpedear” a la candidata panista Sonia Mendoza para favorecer al candidato del PRI, Juan Manuel Carreras; y se ha cobrado con creces los servicios prestados que amerita una entrega aparte para ventilarlos.
Con el panista Zapata Meráz no hay ninguna sorpresa, votó con fidelidad a la ideología neoliberal de su partido, ¡que paguen los de abajo! Al igual que Lárraga, no ha dado una explicación de la drástica merma a la propuesta del alcalde.
Decir que las dos diputadas de Morena votaron a favor del 40 por ciento por ingenuas o inexpertas, fue solo un eufemismo del delegado federal “chiquito”, Leonel Serrato, la cosa sería más grave que eso, la bancada pejista no está exenta de las desviaciones, ni los santos. ¿Quién puede asegurar que se ha erradicado el “maiceo”, las líneas palaciegas y de grupos de poder fácticos para influir en las votaciones del Poder Legislativo?
Ya veremos si la indignación del joven Edson de Jesús Quintanar, líder de la bancada de Morena, fue sincera o pura faramalla, por algo lo acompañaba el diputado “Mijis”, cuando dialogó con un grupo de ciudadanos que desde la gradería del Congreso gritaban “pinches traidores” a los morenistas.
El PAN ¿rumbo a la colisión?
Este domingo, a través de la elección de su dirigencia estatal, el PAN se juega su futuro, la candidatura al gobierno estatal en el 2021. Pasan los años y no aprenden que la división los hunde cada vez más, el viejo PAN quiere volver por sus fueros con Jorge Lozano Soto a la cabeza, que junto con su padre Lozano Armengol y Mario Leal regresaron al partido después de haber echado pestes.
Mientras que el heredero que pretende imponer Xavier Azuara, Francisco Aguilar, tiene la venia de la dirigencia nacional, de otro modo ya los hubieran parado en seco a ambos por actuar como priistas. El tercer competidor, Manuel Aguilar Acuña, que no declinó por Lozano como lo hicieron David Hernández y Juan Pablo Escobar, negociará según se incline la balanza a última hora.
La elección puede reventar, en la Huasteca los panistas andan muy calientes, se han denunciado amenazas de muerte con armas de “grueso calibre” a los seguidores de Pancho Aguilar.
Pase lo que pase, dicen, el PAN ya tiene candidato “fifí” a la gubernatura: Marcelo de los Santos Anaya.