En la ofrenda 165 del recinto sagrado de Tenochtitlan, los investigadores del Proyecto Templo Mayor hallaron, entre miles de objetos, un diente menor a un centímetro y una enigmática partícula que se conservó milagrosamente durante 500 años.
Un microscopio para tres dimensiones y otro de alta resolución revelaron que la estructura de esa partícula estaba formada por pequeñas protuberancias llamadas dentículos dérmicos, lo que literalmente se traduce como “dientes en la piel”.
El cruce de esos datos con el análisis del diente permitieron a los investigadores Nataly Bolaño Martínez, Óscar Uriel Mendoza y Sofía Salinas Amézquita determinar que se trataba de un tiburón martillo y que el tejido hallado era parte de la mandíbula.
¿Cómo llegó un tiburón al recinto sagrado de los mexicas?
Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor, recuerda que un sinnúmero de especies animales arribaban a Tenochtitlan desde todas las regiones del imperio por medio del tributo o el comercio, o como regalos o botines de guerra.
Traer un tiburón u otro material marino al centro del país, precisa, significaba caminar entre 300 y 400 kilómetros.
El arqueólogo recuerda que este año el Proyecto Templo Mayor cumple cuatro décadas y en ese periodo han encontrado más de 500 especies de animales en 200 depósitos rituales.
Hay restos de insectos, peces, águilas, jaguares, cocodrilos, serpientes y tiburones. Todos esos ejemplares eran ajenos al centro del país.
En las ofrendas del Templo Mayor los mexicas reproducían su universo: un microcosmos donde convergen tierra y cielo, agua y fuego, muerte y vida, Tláloc y Huitzilopochtli.
Los materiales marinos —arena, conchas, corales— representan el inframundo. Los cocodrilos, felinos y tortugas simbolizan el plano terrestre, y las águilas y demás objetos de autosacrificio significaban el aspecto celeste.
Mitología mexica
Casi en todas las ofrendas ronda el cipactli , un ser mitológico y monstruoso con cabeza de cocodrilo, lengua de serpiente, cuerpo de pez y cola de tiburón, todo cubierto de púas.
La investigadora Erika Robles Cortés ha estudiado los cocodrilos hallados en el Templo Mayor y asegura que hay restos de 20 ejemplares, de los cuales solo dos están completos y los demás fueron sometido a complejos tratamientos para conservar sus pieles.
Este animal se usaba para disfraz, traje o atavío de dignatarios, jugadores de pelota o danzantes. Tláloc era representado incluso con trajes y yelmos de cocodrilo.
En cuanto al otro animal que conformaba al cipactli , Nataly Bolaño Martínez sostiene que ese ser mitológico también fue vinculado al pez sierra, sobre todo por su espadarte, la protuberancia que distingue el hocico de este animal.
Hasta ahora se han hallado 67 espadartes. Sobre los animales ofrendados en el Templo Mayor los investigadores lo saben todo: talla, sexo, edad, patologías, hábitat, contexto de enterramiento…
Son 40 años de trabajo en los que han convivido las biologías evolutiva, marina y computacional con la limnología, arqueología, antropología, historia y ciencias de las religiones.
Todo para entrever un poco del esplendor que en algún periodo tuvo el imperio mexica.
Moluscos
300 especies: almejas, ostras, caracoles, galletas…
Peces
60 especies.
Aves
25 especies: águila real, garza, ibis espatulado…
Reptiles
16 especies: cocodrilos, lagartos, serpientes…
Mamíferos
6 especies: jaguares, pumas, lobos…
Con información de Milenio.