“Un poco de locura es bueno para el arte” es una de las frases que describen sólo una parte de lo que es la cinta Van Gogh, a las puertas de la eternidad del director y también pintor Julian Schnabel, reconocido por La escafandra y la mariposa (2007) y Antes que anochezca (2000).
En esta ocasión toca al actor Willem Dafoe dar vida al mítico pintor holandés y lo hace con tal brillantez que pasas por alto la edad del intérprete que se pone en los zapatos del famoso pintor que murió a la edad de 37 años.
La cinta, que se estrena el 25 de enero, en los principales cines de esta ciudad, es un lienzo que cuenta la vida de un hombre abrumado por su locura y muestra a ese Van Gogh rodeado de fantasmas mentales, pero con una genialidad desbordaba que no podía parar. Él nació para pintar, “fue el único don que Dios me dio”, dice en unas de las escenas.
Dafoe logra un personaje lleno de matices con expresiones cargadas de emotividad, el cual construyó gracias a las cartas y documentos que el propio Schnable le proporcionó, fue tanta su entrega que también aprendió a pintar de la mano de su propio director, así ambos crearon una cinta que tiene al espectador atento a los pasos del genio post impresionista durante su estancia en Arles y Auvers-sur-Oise.
La relación de Van Gogh con el pintor Paul Gauguin, interpretado por el guatemalteco Oscar Isaac, se plasma en un debate sobre el arte de pintar en el París de 1880 cuando era poco apreciado el talento de los pintores. Gauguin, amigo y critico juega un papel fundamental en el destino del autor de Los Girasoles.
La cinta, como ha declarado Schnabel, no pretende ser una biografía sino una película que relata los últimos días de la vida de Van Gogh de acuerdo a su visión y teoría. Al final de cuentas, su muerte seguirá siendo un misterio, pero todo lo relacionado con él seguirá seduciendo a los que gustan de su arte.
Con información de Publimetro.