Los precios del crudo Brent han alcanzado esta jornada sus máximos indicadores en lo que va de año, y los analistas apuntan a las sanciones de EE.UU. contra Venezuela e Irán como una de las causas fundamentales de este fenómeno. Pero esta subida de precios no es el único efecto de las medidas punitivas.
Diversos artículos de reconocidos medios de comunicación a nivel mundial, tales como Reuters, The Wall Street Journal y OilPrice.com, sugieren que el anuncio de imposición de sanciones por parte de Washington contra la petrolera estatal venezolana PDVSA podría provocar una escasez de petróleo pesado en el mercado internacional, de modo que EE.UU. resultaría afectado por sus propias restricciones.
El tiro por la culata
El efecto de ese anuncio no solo está incidiendo en el precio del crudo pesado a nivel global, sino que también causa una baja en la calidad de este producto. Y es que el crudo venezolano se reconoce como uno de los de mejor calidad, ya que contiene menos azufre que otros crudos pesados producidos en el resto del mundo.
Durante los primeros diez meses de 2018, las refinerías de EE.UU. importaron desde Venezuela 150 millones de barriles de petróleo. Algunas de las refinerías más importantes de la costa del Golfo, como las ubicadas en los estados de Texas y Luisiana, son las que trabajan con el crudo pesado venezolano.
Estas compañías lo mezclan con el crudo liviano que se extrae en el país norteamericano para elaborar una serie de combustibles y es ahí donde las refinerías estadounidenses advierten que podrían quedar entre las más afectadas por las sanciones contra Caracas.
¿Retirarse o permanecer?
En opinión del analista internacional de geopolítica energética Vladimir Adrianza, es poco probable que EE.UU. pueda sustituir el crudo venezolano con petróleo proveniente de otros países.
En ese contexto, Mike Wirth, el director ejecutivo de la estadounidense Chevron, anunció recientemente que la compañía tiene una “fuerte intención de permanecer en Venezuela”. Ahora, esta petrolera con conexiones directas con la Casa Blanca dispone de entre cuatro y cinco meses para decidir si continúa operando, pues su licencia actual no les permitiría operar más allá de ese plazo.
Sin embargo, si Chevron opta por retirarse del suelo venezolano, estaría dándole la espalda al espíritu de las sanciones, ya que de este modo deberá entregar una importante infraestructura al Gobierno de Nicolás Maduro, algo que, evidentemente, no es lo que está buscando la Casa Blanca con las sanciones.
Un ‘alivio’ para Irán
Por otra parte, la escasez de crudo pesado a causa de las sanciones a Venezuela podría llevar a una nueva ronda de exenciones en las medidas restrictivas de EE.UU. contra el petróleo de Irán, señala Sara Vakhshouri, presidente de la consultora SVB Energy International.
Cabe recordar que en noviembre de 2018, al poco tiempo de haber introducido sanciones contra el sector energético iraní, la Casa Blanca emitió una serie de exenciones a ocho países — India, Italia, Grecia, Japón, Corea del Sur, Turquía y China (incluido Taiwán)— que compran crudo pesado a Teherán, con el propósito de evitar que el mercado petrolero se viera afectado.
Con información de RT.