La Berlinale 69 finalmente ha llegado a su fin. La decisión de otorgar el Oso de Oro a Mejor película a Synonymes, del israelí Nadav Lapid, es en realidad una sorpresa a medias.
Es bien sabido que en Berlín no se suele premiar a las cintas más convencionales, por bien construidas que estén, sino a las que ofrecen una propuesta cinematográfica diferente, mejor aún si en su contenido cargan con algún mensaje político.
El tercer largometraje de Lapid cuenta con todos esos puntos, dado que se centra en la vida de un joven israelí recién llegado a París que hace un intento por integrarse a la sociedad francesa. No se nos revela demasiado de Yoav (Tom Mercier), que es como se llama el chico, pero sabemos que en su país natal fue soldado y que cuando se hallaba en activo sufrió una experiencia terrible, misma que lo hizo abandonar Israel. Rodeado por diversos personajes y situaciones que, aun mirándolos, uno no sabe a veces si son reales o meros producto de su imaginación, Yoav se preguntará sobre su verdadera identidad –nacional, religiosa, moral– y, de paso, cuestionará la de los demás. Lapid retrata la historia con una cámara que en ocasiones se mueve de forma trepidante, como si respondiera a las emociones de Yoav.
Y lo mismo ocurre con el guion, plagado de cabos que se han dejado sueltos con inocultable intencionalidad. Habrá que ver, pues, cuántos y cuáles países se animarán a distribuir un producto que dista de considerarse comercial pero que a la vez evidencia las ilimitadas posibilidades que ofrece la cinematografía.
No por nada Synonymes se hizo también del premio FIPRESCI, el cual es otorgado por la crítica internacional.
Con el resto de premiaciones no hubo, en cambio, nada inesperado. La crítica ya coincidía desde días antes en que la pareja de histriones de la cinta china, So Long, My Son, era insuperable –se llevaron el Oso de Plata por Mejor actriz y Mejor actor, respectivamente– y en que la italiana Piranhas merecía por fuerza algún galardón –ganó el de Mejor guion–.
Asimismo, una de las cintas que más aplausos recibió tanto por parte de la prensa como del público, la alemana Systemsprenger, sobre una niña de diez años que no puede controlar sus ataques de ira, se llevó el premio Alfred Bauer, otorgado a los filmes que abren nuevas perspectivas en el quehacer cinematográfico. También habría que mencionar que la francesa By the Grace of God, de François Ozon, que denuncia un caso real de pedofilia en el que está envuelto un sacerdote, se llevó el Gran Premio del Jurado, lo que seguramente no será recibido con mucho beneplácito por parte de la iglesia católica.
Una sorpresa menos agradable, quizás, y que nos atañe, fue la mínima presencia que hubo de títulos mexicanos. Luego del espectacular momento fijado en la actualidad por Roma, el México que vino a la Berlinale contó con apenas tres productos –el largometraje La fiera y la fiesta, coproducida con Argentina y República Dominicana; el documental La herencia del viento y el corto Los ausentes– en las diferentes secciones del festival, lo que se antoja lamentable. Ello ocurre además sólo un año después de que Museo se llevara el premio por Mejor guion. Esperemos, pues, que se trate de una peccata minuta, un mero error de organización, un mal timing, de tal manera que el año que viene la producción mexicana regrese con bríos renovados a un festival que siempre le ha abierto las puertas y en el que ha comprobado en innumerables ocasiones, de manera fehaciente, que el cine es y será siempre una manifestación absolutamente artística, por más que haya voces que opinen lo contrario.
Aquí los ganadores de los premios principales:
- Oso de Oro para Synonimes, de Nadav Lapid
- Gran Premio del Jurado para By the Grace of God , de François Ozon
- Premio de mejor director para Angela Schanelec, por I was at Home
- Premio de mejor actriz para Yong Mei, por So Long, My Son
- Premio de mejor actor para Wang Jingchun, por So Long, My Son
- Premio de mejor guion para Mauricio Barucci, Claudio Giovanessi y Roberto Saviano, por Piranhas
- Premio por contribución artística para Rasmus Videbaek, por su labor como director de fotografía en Out Stealing Horses
- Premio Alfred Bauer para una película que abre nuevas perspectiva en el cine, para Systemsprenger, de Nora Fingscheidt
- Premio de Mejor ópera prima para Oray, de Mehmet Akif Büyükatalay
- Premio FRIPESCI de la crítica internacional para Synonimes, de Navad Lapid
Con información de Cine Premiere.