Si no hay alguna sorpresa escandalosa esta semana se votará un nuevo o nueva titular de la Oficialía Mayor del Congreso del Estado.
Por el reparto que realizan los partidos políticos cada tres años con base a las curules obtenidas, este órgano interno que administra el presupuesto legislativo es una “posición” de Morena, una cuota de poder que requiere de cualquier modo del consenso de otras bancadas para lograr el visto bueno del prospecto que se presente.
La agrónoma Marcelina Oviedo ya se fue a su casa y aún así permanece la discordia y la rebatiña, no hay un criterio dominante en las bancadas de la #4T, adoptaron pronto una de las nocivas prácticas que acabaron con el PRD: el tribalismo, cada quien jala según le llenen el ojo de fortuna y dicha.
La lista que se filtró se redujo, las propuestas del petista Pedro Carrizales no pasaron la prueba del ácido, Óscar Barba Parra, sin cédula profesional; David Reyes Medrano, activista que combatió la “ecuación corrupta”; de Gerardo Reyna no se dice nada, la inclusión de Luz María Lastras fue un mero ardid, queda el contador Martín Vázquez, excandidato a regidor por el “maoísta” Partido del Trabajo en la planilla para la alcaldía capitalina de Leonel Serrato, ahora en funciones de delegado metropolitano.
Durante muchos años a la diestra de Óscar Vera, Vázquez es señalado como el favorito del superdelegado Gabino Morales, ya se tomó en serio las funciones de su cargo e incluso más allá al tratar de imponer línea al partido como jefe máximo: les tuerce el brazo a los que le llevan la contra en Morena, se reúne con otras fuerzas políticas, asiste a eventos oficiales e incluso a las reuniones semanales de seguridad, se toma la foto con el gobernador Carreras y el alcalde Nava; se deja ver en cafés y sonríe cuando lo graban en video como si estuviera haciendo cosas malas.
No tiene el apoyo de toda la bancada de Morena, sí tiene en cambio votos del PT, PES, PC, PAN y PRI, los necesarios para colocar a Vázquez en la Oficialía Mayor. El coordinador Edson Quintanar pactó desde hace tiempo con Gabino; “El Mijis” se dobló; varias legisladoras son rebeldes y están con lo que diga el dirigente de Morena, Sergio Serrano, en franca colisión con Gabino; por su silencio, Serrato habrá dado su anuencia a Vázquez.
Ciudadanos Observando le puso doble tacha: lo considera precursor del uso del detergente Maestro Limpio para que las cuentas públicas salieran inmaculadas cuando estuvo en la desaparecida Contaduría Mayor de Hacienda, y por haber sido jefe de compras de la alcaldesa Labastida.
Las tribus ya se preparan para la sesión legislativa, si Oviedo organizó una ruidosa porra de agrónomos para que la respaldaran desde las graderías cuando su sacrificio ya estaba cantado, en las redes sociales se afirma que Gabino mandaría a los “servidores de la nación”, empleados federales tratados como “siervos” a los que como parte de sus actividades laborales estaría usando para generar tendencias y trolear a los que no están con él y lo critican, eso de que el viejo régimen ya quedó atrás solo es una frase propagandista del Peje.
Uno de los principales problemas que encontrara Vázquez o quien pongan en la Oficialía Mayor, será el ya misterioso informe de siniestralidad del Grupo Nacional Provincial de los servicios médicos de la pasada legislatura, en los pasillos de Vallejo hay indiscreciones sobre el asunto: del análisis a fondo del documento se podrían desprender indicios de un sobreprecio, “moches”, posibles cirugías estéticas, una arista de la “ecuación corrupta” no ventilada.
De hacerse público el informe se sabría además si la negociación para el contrato formalizado en diciembre pasado no tiene los mismos vicios que el anterior, el porcentaje de incremento (400 mil pesitos) se ve con el cristal de la desconfianza y hasta los directivos de GNP podrían salir salpicados. [Javier Padrón]