Felipe Morales
El hombre pone, Dios dispone, llega el toro y todo lo descompone, el refrán se aplica a lo sucedido en la Plaza San Marcos de Aguascalientes donde el novillero potosino José Sainz se presentó, se esforzó, puso todo de su parte pero al igual que su alternantes se enfrentó a un lote que no se prestó, y no solo eso, dio muestras claras de descastado; los bureles procedían de la dehesa de Arellano Hermanos.
El encierro hizo pasar “las de Caín” a los toreros y en el caso del potosino que lo intentó todo, desde lo cásico hasta lo tremendista en aras de agradar y de triunfar; se agrada emocionando al tendido y se triunfa cortando las orejas, finalmente el serial de novilladas tiene como objetivo ganarse lugares para la novillada de feria en la Monumental, el sueño de todo coleta.
José Sainz fue ovacionado en su lote, sus alternantes el español Alfonso Ortiz, con todo y el oficio que supone venir de allende el mar de tierras ibéricas del toro áspero y difícil se retiró con división de opiniones y el Miguel Águilar fue ovacionado tras pasaportar a su primero, silencio en el segundo y tuvo la fortuna de contar con el patrocinio correspondiente para regalar un novillo, fue de distinta procedencia, era de Santa María de Xalpa que fue la otra cara de la moneda, claro de embestida que aprovechó el diestro para cuajarle la faena y cortar la oreja al matar en el primer viaje.
Volviendo con el torero potosino José Sainz, ahora se preparará para la novillada del 20 de abril en la Plaza “Frascuelo de Cedral”, San Luis Potosí.