Serena Williams jugó ayer su primer partido de la temporada en canchas de arcilla y despachó 6-4, 6-2 a la sueca Rebecca Peterson en la primera ronda del Abierto de Italia.
Ahora la espera su hermana Venus, que se impuso a Elise Mertens por 7-5, 3-6, 7-6 (4) después de más de tres horas y nueve puntos de partido.
La última vez que las hermanas Williams se midieron en arcilla fue en la Final del Abierto de Francia de 2002, que ganó Serena. En Roma no jugaban desde hace más de 20 años, cuando Venus salió airosa en un partido de Cuartos de Final, en 1998.
“Es una locura”, dijo Serena. “Apenas si me acuerdo, de hecho, no me acuerdo. Jugamos muchos partidos. Daría la impresión de que todas las veces que nos enfrentamos últimamente es en las primeras rondas”.
Serena, quien tiene ventaja de 18-12 en los enfrentamientos directos con Venus, quedó 3-1 abajo en el primer set, pero a partir de ese momento tomó control del partido, imponiendo su juego desde el fondo de la cancha a pesar de que hubo bastante viento.
La venezolano-española Garbiñe Muguruza, por su parte, despachó a la china Zheng Saisai 6-3, 6-4.
Este fue el primer partido de Williams desde que se tuvo que retirar del Abierto de Miami en la tercera ronda en marzo por una lesión en la rodilla izquierda. No jugaba en Roma desde que se alzó con su cuarto título en 2016.
Serena había necesitado tres sets para doblegar a Peterson en Miami, pero esta vez le bastaron dos a pesar de que no está en plena forma.
“No he jugado mucho este año”, comentó la estadounidense. “No es por decisión propia. Las circunstancias… La verdad, estaba desesperada por participar del circuito. Me alegro de estar de vuelta.
“No he podido entrenarme ni practicar demasiado. Estuve afuera mucho más tiempo del que esperaba”, dijo Williams. “Pero hice lo que pude por mantenerme en forma. Me encanta la temporada en arcilla y quería ser parte de ella”.
Con información de EFE.