Durante la comparecencia del fiscal Federico Garza ante el honorable Congreso del Estado este miércoles 22, fue notorio el enojo de los diputados del PAN.
“Fue un circo”, exclamó el coordinador de la bancada, Rolando Hervert; y su compañero Rubén Guajardo consideró que Garza mintió sobre los tiempos de atención para recibir una denuncia ante el Ministerio Público.
Nada les pareció a los panistas, reprobaron en todo a quien se esfuerza todos los días en perseguir a los delincuentes sin distingos de militancia y clases sociales.
Uno esperaba que fuera la bancada de Morena y sus aliados los que se mostraran enérgicos y puntillosos sobre el desempeño del funcionario, se mantuvieron en la medianía que los ha caracterizado desde que se sentaron por primera vez en sus cómodas curules para esperar la jugosa quincena.
El diputado petista Pedro “El Mijis Carrizales mejor se fue de pinta al parecer para impedir por sus… pistolas el desalojo de una pariente de una vivienda de la Unidad Manuel José Othón.
El diputado Mario Lárraga solo confirmó que se ha ganado con creces la calificación más baja de toda la legislatura y que su nivel político es de suplente de regidor.
Edgardo Hernández, del PVEM, de los que se esperaba diera una batalla de altura porque ha sido uno de los que más ha cuestionado al fiscal Garza, se sintió ignorado y abandonó la sesión luego de que le dio una vapuleada verbal.
Fue la bancada panista la que sacó la casta y asumió por fin el papel de representante de la sociedad harta de la inexistente procuración de la justicia.
La razón del enojo es otra: la vinculación a proceso del ex diputado Mariano Niño por peculado y otros delitos por simular la entrega de apoyos sociales a personas de escasos recursos, habiendo ex diputados de otros partidos que también hicieron de las suyas y las carpetas de investigación no avanzan.
Desde su visión la vara de la justicia no es pareja, se ensaña con Niño, lo expone al escarnio mediático y le trunca su ascendente carrera política.
Eso es lo que en verdad tiene enojados a los panistas, no los feminicidios, las ejecuciones y los asaltos, su postura crítica es por un caso en particular que afecta a un compañero y de paso la imagen del partido; por tradición y costumbre el PAN ha sido un secuaz de los gobiernos priistas.
La animosidad panista también refleja un distanciamiento con el gobernador Juan Manuel Carreras López, consideran que la persecución judicial contra Niño es alentada desde el Palacio de Gobierno, por lo que es muy probable que vengan más desencuentros a menos que dejen de apretarle las tuercas y le brinden una salida decorosa para salvar su honra. [Javier Padrón]