El uso de la fuerza pública para proceder a un desalojo es la última herramienta que se debe utilizar de parte de una autoridad para no caer en un exceso como ocurrió en el reciente conato de violencia originado por el retiro de ambulantes que estaban instalados en la zona aledaña al teatro de La Paz.
“El dialogo y el entendimiento puede resolver muchas cosas antes de utilizar a elementos de seguridad”, así lo consideró la presidenta de la Comisión de Seguridad Pública, Prevención y Reinserción Social de la LXII Legislatura, diputada Beatriz Eugenia Benavente Rodríguez, quien lamentó que el Ayuntamiento de la Capital a través de su cuerpo de seguridad municipal haya incurrido en un exceso durante el desalojo de comerciantes informales.
Dijo que el Ayuntamiento de la Capital, estaba obligado a privilegiar el diálogo antes de haber tomado la decisión de hacer uso de la fuerza pública, para desalojar a los comerciantes informales que sólo buscan obtener un recurso para sobrevivir.
Consideró que es necesario conocer los protocolos que se establecieron para justificar la participación de los elementos de Seguridad Pública Municipal que procedieron durante el dispositivo para el retiro de los ambulantes y sus estructuras.
Dijo, “me parece que debe haber protocolos establecidos y cuando alguien no está atendiendo las instrucciones de la autoridad, entonces se podría aplicar la fuerza pública; sin embargo, aquí se aplicó sin justificación, atentando en contra del patrimonio en este caso de los
comerciantes ambulantes quienes tienen invertido su patrimonio en la mercancía”.
La presidenta de la Comisión de Seguridad Pública, Prevención y Reinserción Social del Congreso del Estado, insistió en señalar que el uso de la fuerza pública, no debe ser un instrumento de represión en contra de los comerciantes ambulantes.
“Me parece que es un exceso cuando se debió haber privilegiado el diálogo y sobre todo el respeto al patrimonio de los comerciantes, porque era más factible establecer mesas de trabajo para dejar en claro a los comerciantes ambulantes que no podían operar en determinada zona del centro histórico, pero no con el uso de la fuerza pública, porque hay otros métodos que se debieron haber agotado y todo parece indicar que la autoridad municipal, no lo hizo así”, finalizó.