La Secretaría de Cultura de San Luis Potosí invita al público en general a celebrar el Día Nacional del Cine Mexicano en la Cineteca Alameda con la proyección de las películas “Cuando cierro los ojos” de Sergio Blanco Martín y Michelle Ibaven a las 18:00 horas, y “La casa más grande del mundo” de Lucia Carreras y Ana V. Bojórquez a las 20:00 horas. Entrada libre.
El Día Nacional del Cine Mexicano fue decretado por el Instituto Mexicano de la Cinematografía (IMCINE), con el objetivo de ofrecer funciones gratuitas de cine nacional en las cinetecas estatales, con la intención de que el público se interese en las producciones nacionales de directoras y directores jóvenes.
La Cineteca Alameda, forma parte de la Red de Cinetecas del país que dependen de la Cineteca Nacional, que estarán proyectando películas mexicanas este 15 de agosto con acceso gratuito para amantes del séptimo arte. No se proyectarán las mismas películas en las cinetecas estatales, ni en la Cineteca Nacional.
“La casa más grande del mundo” de Lucia Carreras y Ana V. Bojórquez, muestra la vida de Rocío, una niña maya “mam” que vive en las montañas del altiplano en Guatemala. Su madre empieza a tener contracciones de un parto adelantado y Rocío debe hacerse cargo de un rebaño de ovejas por primera vez y llevarlo a través de los pastos montañosos por su cuenta.
Rocío es muy pequeña para la tarea y cuando va en busca de una oveja perdida, el resto se escapa. Rocío debe encontrar la forma de superar el reto y hacer frente a sus peores miedos. La película fue grabada en la frontera entre México y Guatemala, ha tendido grandes comentarios por parte de la crítica en los más de 30 festivales de cine donde se ha exhibido.
“Cuando cierro los ojos” de Sergio Blanco Martín y Michelle Ibaven, documenta los casos de Adela -hablante de mazateco, quien estuvo nueve años encarcelada injustamente, acusada de matar a su cuñado- y Marcelino -hablante de mixteco, también encerrado por un homicidio que no cometió, con una condena de treinta años-.
Desde la cárcel, ambos comparten sus historias, memorias y sueños; denuncian torturas físicas y psicológicas, confesiones forzadas y la firma de documentos que no comprendían. Los documentalistas recogen atentamente sus testimonios en su propia lengua, los ilustran y los difunden con todo el poder del cine.