El Gobierno de México invitó a la canciller boliviana, Karen Logaric, a abrir un canal de comunicación con el fin de disminuir la tensión entre ambas naciones.
“Hacemos un llamado a la canciller de Bolivia a que abramos un canal de comunicación directo, e incluso personal, cuando ella lo estime conveniente y ojalá sea lo más pronto posible, en el que, incluso, nos encontremos en un país intermedio geográficamente dada la cantidad de trabajo que ambos tenemos y con el propósito de encontrar una hoja de ruta que, mediante el diálogo y diplomacia, pueda llegar a cerrar este episodio”, declaró en conferencia de prensa, Maximiliano Reyes, subsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe.
Reyes denunció que este día, más de 50 civiles y policías arribaron al exterior de la embajada de México en Bolivia.
Además, agregó que, aunque se busca reducir las hostilidades, ya se preparan los argumentos para presentar un recurso jurídico ante la Corte Internacional de Justicia por la vigilancia implementada frente a la representación diplomática en dicho país.
“No obstante, dado que las sanciones se mantienen, y como lo informó el secretario Marcelo Ebrard en la mañana, estamos construyendo los argumentos para recurrir a la Corte Internacional de Justicia”, precisó.
Más temprano, el canciller mexicano dijo que México presentará un instrumento legal ante la Corte por este tema.
También llamó a que se respete la Convención de Viena de relaciones diplomáticas, la cual rige el comportamiento y obligaciones de los países respecto a las sedes diplomáticas, al igual que el Pacto de Bogotá.
Posteriormente, el ministro de Gobierno de Bolivia, Arturo Murillo, aseguró que su país irá ante las autoridades.
“Vamos a ver quiénes han violado tratados internacionales”, apuntó, pues asegura que México es quien ha permitido que se traicionen las convenciones internacionales.
El funcionario boliviano mencionó que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador rompió los acuerdos “cuando le dio asilo al señor Evo Morales, terrorista confeso por haber mandado a asesinar al pueblo de Bolivia y quitado la comida”.
Murillo remarcó que su país cuida la residencia, así como la salud de los alojados y la embajadora, a pesar de que ellos resguardan “delincuentes”.
Aseguró que México también traicionó los acuerdos al permitir que el exmandatario de Bolivia emitiera declaraciones políticas al encontrarse exiliado en su país, “que no están permitidas en ningún caso en un asilado”.
A propósito del despliegue de elementos policiales alrededor de la sede diplomática de México en Bolivia, aseveró que la administración continuará con el dispositivo de seguridad.
En el mismo sentido, Yerko Núñez, ministro de la Presidencia boliviana, negó que exista un asedio y rechazó la decisión del Gobierno mexicano de denunciar ante una corte internacional, de acuerdo con la Agencia Boliviana de Información (ABI).
“No corresponde esa denuncia, nos parece más política (…) Queremos brindar seguridad a la Embajada de México, porque hay supuestamente grupos que van a bajar a tomarla. Pero también queremos que todas las personas que cometieron actos de terrorismo, sedición, que convocaron a enfrentarnos, tengan que someterse a la justicia”, comentó Núñez a la agencia de noticias.
Por El Financiero.