Jorge Ramírez Pardo
La semana pasada, Teresa Rivero Valls, procedente del norte del país, hizo una escala en la capital potosina para conocer la Galería Gaga (O’Donojú # 350) y conocer a los gestores del lugar donde expondrá su muestra “Entelequia”, de cerámicas y pinturas de su autoría, en este momento en exhibición en el Museo de Historia y Arte contemporáneo Palacio de los Gurza en la ciudad de Durango.
Teresa nació en la Ciudad de México, ha vivido en diversos lugares del norte de México y actualmente radica y realiza su producción artística en la ciudad de Cuernavaca.
“Estudié Pedagogía y ahí redescubrí en el trabajo con niños mis exploraciones de la infancia cuando dibujaba e iluminaba con enorme gusto; pasaba horas pintando y haciendo figuritas de distintos materiales; siempre he tenido habilidad con las manos, para moldear, hacer jardinería y tejido. A los 29 años quise entrar a La Esmeralda (Escuela nacional de pintura y escultura) y me dijeron que ya no tenía la edad adecuada, pero ahí mismo me recomendaron ir al taller de Gilberto Aceves Navarro”.
Comenta que Aceves Navarro le hizo aportes significativos para su formación, pero tomó diversos talleres adicionales de dibujo, figura humana de grabado con Enrique Catáneo.
Para exponer en Durango, Rivero Valls contó con un apoyo significativo del Instituto de Cultura en ese estado para traslado, montaje de la obra, invitaciones y promoción. A la inauguración le acompañó el director del museo donde expone actualmente y de las piezas que venda le corresponde el 100% de lo recaudado. Por cierto, la noche misma de la inauguración vendió dos óleos de mediano formato (un metro cuadrado).
En una televisora de Durango le preguntaron a Teresa por qué su pintura era de expresión abstracta. Considero, dijo, que el arte abstracto es la madurez de la obra, porque es muy difícil; hay quien dice que es muy fácil hacer gabatos. Depende qué entiendas por ello. Al contrario, es más fácil copiar algo de la realidad que tú abstraerlo, quitarle las formas y darle la figura. Es buscar la esencia y tomarla para ti; reinventarla y rehacerla. Desde luego pasé por la pintura figurativa y algún tiempo el surrealismo.
Una característica de la obra de Teresa es la experimentación constante en magentas y azules en contraste con su propia gama y fondos blancos, trazos abstractos vigorosos y composición. Su colorido evoca algunos pintores europeos como Egon Schiele y Gustav Klimt, algunas de sus formas al catalán Antoni Tapies y a los mexicanos Rufino Tamayo, Manuel Felguérez y Francisco Toledo. Reconoce esas presencias, pero, también la observación de la naturaleza.
Un tiempo dejé la pintura para dedicarme a estudiar psicología y un máster en educación. Fue un impasse, pero regresé de nuevo con mucha pasión. Me interesan muchos temas distintos pero la pintura permanece en mi vida con gran fuerza. Es una necesidad la creación.
Su cerámica, moldeada o torneada, oscila entre los objetos de uso, los decorativos y los temáticos. En estos el mar y sus peces son recurrentes
En cuanto al título de su actual exposición, “Entelequia”, dice que el término tiene un doble significado porque, referido a vegetales, la semilla se convierte en el ser mismo de la planta, y eso también tiene un significado filosófico que le dio Aristóteles de “tener un fin en sí mismo; el principio de su acción y su fin”, distinto al término de uso cotidiano como “persona o situación perfecta e ideal que sólo existe en la imaginación”.
