Javier Padrón
Xavier Nava no quiere que el PAN elija al candidato a la gubernatura a través de una encuesta, intuye que va a perder y para encubrir su ambición, afirma que habrá agravios, rupturas con cualquiera que sea el ganador, y por eso es mejor que se tome “una decisión racional, lógica”.
Sin pena propone regresar al clásico dedazo priista porque no hay mejor candidato que él, capaz de ganarle a Morena y sus aliados, a los que redujo a “una porquería”, ese es el lenguaje de quien se considera el próximo gobernador solo por el apellido, como sinónimo de honradez y dignidad, inexistentes porque eso no se hereda nada más con decirlo.
La acumulación de recomendaciones de la CEDH, juicios políticos en su contra, los agravios a comunidades indígenas (las desvalora por ser de origen oaxaqueño cuando tienen reconocimiento oficial y varias generaciones asentadas en el municipio); la violación de derechos de las mujeres y el entreguismo hacia los terratenientes del suelo urbano que van a dinamitar la Sierra de San Miguelito, lo distancian del doctor Salvador Nava; y algo escandaloso, no han prosperado sus denuncias en la FGE contra el exalcalde Ricardo Gallardo Juárez, su padrino que le dio la diputación federal; la ciudad está llena de baches y cada vez es más insegura.
Presumir que va arriba en las encuestas, dentro y fuera del PAN, es una mera frase de propaganda, al igual que los demás aspirantes de todos los partidos compra encuestas para aparecer como puntero. El CEPAC no hace nada ante esta proliferación de encuestas patito; hay algunas tan mal hechas que mencionan, por ejemplo, al priista Carlos Jiménez como aspirante a la gubernatura, hoy diplomático de la 4T en España.
Para convencer a su pequeña audiencia, Nava fue indiscreto, hizo alarde de apoyos que está recibiendo de los gobiernos municipal y estatal, puso sobre la mesa indicios que podrían configurar delitos electorales; mencionó a un funcionario de la delegación de Bocas como uno de sus operadores; y para crear una idea de “espíritu de grupo”, reconoció a los asistentes y los hizo sentirlos cercanos a él y necesarios para una cruzada que salvará a San Luis Potosí de los malvados, “vamos a hacer esto grande”.
Todo eso y más quedó registrado en un video que circuló en las redes sociales esta tarde de viernes. El video dura más de cuatro minutos, está editado, y al parecer dura unas dos horas. No se prohibió el acceso con celulares; además se advierte a un hombre tomando fotografías, no era una reunión privada como se pudiera pensar; a Nava se le recibió sin la sana distancia con abrazos y gritos de: “¡Nava vive, la lucha sigue!” (sic).
Por la difusión del video, en el que se hacen evidentes sus temores y flaquezas, el alcalde con licencia debe estar muy contrariado, le pegaron donde se supone que es muy ducho y así pudo ganar la alcaldía: la infiltración, el sabotaje, el espionaje al adversario, la compra de operadores electorales.
El PAN tendría que fijar una postura de lo dicho por Nava, rechaza la encuesta, pone en duda la fortaleza e institucionalidad del partido y de los otros contendientes, ninguno va a estar conforme con el resultado y habrá un truene, es su pronóstico.
Los otros aspirantes panistas Octavio Pedroza, Sonia Mendoza y Marco Gama deberían demostrar lo contrario, no pueden quedarse callados, defender el acuerdo de realizar la encuesta, se han dedicado a enfatizar en que tienen varias décadas de militancia en el partido para diferenciarse de Nava; algunas visitas domiciliarias y videos que no motivan, desalientan.
A Sonia Mendoza se le ha señalado de haber pactado con Nava, y no lo ha desmentido, deja correr la versión con malicia; Gama, una hora antes de la entrega de las constancias de registros a los aspirantes, subió un video a sus redes sociales en el que estaba a punto de reventar y dijo algo así como “ya estuvo suave, me las van a pagar”; alguien debió tranquilizarlo porque ya con la constancia en mano, subió otro video para agradecer el apoyo de unos taxistas. Pedroza está más sereno, se supone que él va a adelante y vencerá a Nava.