Javier Padrón
El anuncio de Mario Delgado de que Morena postulará a una mujer como candidata a la gubernatura, refleja que ninguno de los aspirantes varones resultó competitivo y se optará por una “juanita”, figura creada por el patriarcado para simular que se cumple con la paridad de género, cuando en realidad la que resulte designada, sea la sindicalista Francisca Reséndiz u otra, la van a mandar al matadero, a la derrota, para decirlo con suavidad.
El dirigente de Morena por vergüenza se guardó la encuesta que arrojó un panorama muy desalentador para la 4T en San Luis Potosí, los porcentajes de los punteros no superan a los precandidatos de la derecha y al ecologista; la encuesta seguramente la tiene el Presidente AMLO en su escritorio y se tomó esta decisión práctica que ha sorprendido a unos y decepcionado a otros.
En una conferencia de prensa Delgado dio a conocer a los candidatos designados en Sinaloa, Michoacán y Guerrero, de las 15 candidaturas solo quedó pendiente la de San Luis Potosí: el caso se volvió complejo y lo fueron postergando porque en la encuesta interna no salieron bien posicionados Juan Ramiro Robledo, Adrián Esper y menos Primo Dothé o Leonel Serrato; y en nivel de conocimiento frente a externos habrían aparecido debajo de Ricardo Gallardo y Octavio Pedroza. Es decir, ni para el arranque.
La causa de este escenario fatalista de Morena, además de los bajos perfiles de los precandidatos, tiene entre otros factores el mediocre desempeño de la dirigencia estatal, de las y los legisladores y funcionarios federales encabezados por el “superdelegado” Gabino Morales: indiferentes ante el sistemático acoso de la derecha, a la realidad cotidiana, ausentes en medios, del debate público; sin una noción básica de la comunicación política; sordos a reclamos de diversos sectores sociales y alejados de la prédica franciscana de las mañaneras.
Francisca Reséndiz estaba en Ciudad Valles cuando se enteró de la noticia y con modestia se dio por aludida. No pueden ser Marcelina Oviedo o Consuelo Jonguitud, nadie las conoce, no tienen los espolones que ella ha mostrado como líder sindical, emergió con la bandera de la democracia sindical en la burocracia estatal y terminó enriquecida y perpetuándose en el poder como Bernardina Lara. No es un hecho que Reséndiz vaya a ser la favorecida, podrían aparecer otras guerreras de la 4T.
Algo sabía ya Juan Ramiro Robledo, días atrás se mostró dispuesto a aceptar la decisión de postular a una mujer; y son varias las señales que indicaban, desde el principio, que el candidato real de Mario Delgado y el Presidente AMLO es “El Pollo” Gallardo. Fue obvio que Gabino y Leonel aceptaron esa línea nacional al darle la bienvenida al gallardismo, pero la misma Reséndiz y elementos navistas infiltrados en Morena reventaron de facto la coalición con el PVEM para la gubernatura aquella noche que irrumpieron en la oficina de la presidenta del CEEPAC, Laura Elena Fonseca.
Hay otros indicios a la vista de que el candidato de la 4T, no será necesariamente la mujer que postule Morena: el éxodo de militantes de varios municipios a la causa gallardista; los seis de siete distritos federales que Mario Delgado le otorgó al PVEM para tratar de conservar la mayoría en la Cámara de Diputados, al concluir que tiene mejor estructura electoral que el dirigente Sergio Serrano, en caso de que la tenga.
“El Pollo” está esperando que el PAN defina a su candidato, sea Octavio Pedroza, el militante de sangre o el externo Xavier Nava que, como Fausto Zapata, trae mucho billete para repartir y los panistas son humanos, débiles ante las tentaciones mundanas. La pregunta es: ¿quién es más maquiavélico: el Presidente AMLO o el exgobernador Horacio Sánchez?