Felipe Morales
El mundo de la lucha libre recuerda a su máxima figura y emblema, El Santo.
Difícil concebir a la cultura popular mexicana sin la presencia de la figura del “Enmascarado de Plata” que al paso de los años se mantiene como el referente del deporte de los costalazos.
Rodolfo Guzmán Huerta nació en Tulancingo, Hidalgo el 23 de septiembre de 1917; antes de personificar al Santo, lucho con otros nombres como Rudy Guzmán, El Hombre Rojo, El Enmascarado, el Demonio Negro, El Murciélago siendo desenmascarado cuando usaba ese nombre.
El potosino Jesús Lomeli su entrenador le sugirió tres nombres para su carrera: El Santo, El Diablo o El Ángel y Rodolfo eligió El Santo que le daría celebridad mundial.
Además de su carrera en el ring, con grandes rivalidades como la sostenida contra Blue Demon, Guzmán Huerta alcanzó la fama con las películas en las que investido como super héroe a la mexicana enfrento a Monstruos, seres extraterrestres, vampiros y vampiras, mafiosos etc.