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Era el “Rey del Cristal” pero confió en Genaro García Luna: traición y muerte de Nacho Coronel

Ignacio Coronel, tío de Emma Coronel, fue el objeto de una de las grandes traiciones de Genaro García Luna al Cártel de Sinaloa: lo quitó del camino de los Arellano Félix, pese a que la organización del ‘Chapo’ Guzmán le pagaba, entre otras cosas, para protegerlo.

Así lo señala el periodista Jesús Lemus en el libro que publicó el pasado 2020, llamado “El licenciado”, un texto en el que se centra desmenuzar la figura de García Luna –detenido actualmente en Estados Unidos–, el exsecretario de Seguridad Pública considerado el artífice principal de la violencia que azotó a México en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), con su famosa guerra contra el narcotráfico.

En un capítulo titulado “Nacho Coronel, el eslabón más débil”, el autor cuenta como el “súper policía” hizo a un lado su sociedad con el Cártel de Sinaloa, que protegía a Nacho Coronel, para sacarlo del panorama de los hermanos Arellano Félix, para quienes el tío de Emma significaba, por ahí de 2010, un estorbo en sus negocios delictivos.El exsecretario mexicano de Seguridad Genaro García Luna (Foto: EFE/Mario Guzmán)El exsecretario mexicano de Seguridad Genaro García Luna (Foto: EFE/Mario Guzmán)

Todo se remonta, relata Lemus, a las diferencias irreconciliables entre el Cártel de Tijuana (los Arellano Félix) y el Cártel de Sinaloa (del ‘Mayo’ Zambada y el ‘Chapo’ Guzmán), cuando aún pertenecían a la gran organización delictiva del Cártel de Guadalajara, (liderado por Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Félix Gallardo).

En ese entonces, los Arellano Félix mataron a quemarropa –por ahí de 1989– a Armando López, el ‘Rayo de Sinaloa’, compadre y el hombre de, hasta entonces, más confianza de Joaquín Guzmán Loera. El motivo fue sentimental: el ‘Rayo’ tenía una relación amorosa con Enedina Arellano Félix, la ‘Narcomami’, algo que mantenían oculto a los hermanos de esta, y fue por celos que cuando se enteraron decidieron asesinarlo.

Ahí –cita Jesús Lemus a Caro Quintero en uno de sus relatos en la cárcel de Puente Grande (en Jalisco)– los líderes del Cártel de Guadalajara decidieron separar a estos grupos asignándoles regiones determinadas de trabajo. Y la zona de la capital jalisciense fue encomendada precisamente a Ignacio Coronel Villarreal.

Y aunque en un principio, Nacho Coronel parecía mantenerse neutral (pese a su cercanía con el Mayo Zambada), un gesto que fue apreciado por los Arellano Félix, quienes hasta cierto punto, señala el periodista, lo consideraban un aliado, todo cambió cuando Coronel quiso expandir sus actividades más allá de los límites de Jalisco.Nacho Coronel (Foto: Cuartoscuro)Nacho Coronel (Foto: Cuartoscuro)

Con el apoyo de Luis Valencia y Óscar Nava Valencia, el Lobo, sus socios del Cártel del Milenio, decidió tomar posesión de las rutas del narcotráfico en Quintana Roo a fin de suministrar la cocaína que llegaba de Colombia al Cártel de Sinaloa, con el que siempre estuvo en sociedad. Esa expansión del Cártel de Nacho Coronel causó molestia al Cártel de Tijuana. Por ello, ya en su alianza con García Luna, ofrecieron la posibilidad de capturar a Nacho Coronel, a quien ya lo buscaba la DEA con una recompensa de cinco millones de dólares, relata una parte del texto de Jesús Lemus.

Genaro García Luna no era fiel a nadie más que a sus propios intereses. Y el de Nacho Coronel fue un ejemplo más de ello.

Sin importar que en los acuerdo de protección que tenía su policía de la SSP con el Cártel de Sinaloa, en el que esta organización pagaba y en cuyas negociaciones siempre se dejó claro que el cuidado de Nacho Coronel era prioritario, García Luna equipó a los Arellano Félix con tecnología para intervenir comunicaciones, con la que lograron ubicar a Coronel en Zapopan, Jalisco.Joaquín el 'Chapo' Guzmán e Ignacio CoronelJoaquín el ‘Chapo’ Guzmán e Ignacio Coronel

Y para que no fuera evidente la traición al Cártel de Sinaloa, dejó la detención del capo en manos del Ejército que, apoyado por la Marina, interceptaron a Ignacio Coronel el 29 de julio de 2010. Este decidió dar pelea y se enfrentó a los elementos federales que lo abatieron en ese lugar.

Para los Arellano Félix, la muerte de Nacho Coronel les representó un obstáculo menos en sus negocios del narcotráfico. A Genaro García Luna, su traición le valió entonces el reconocimiento por la DEA ante la ONU, por lo que consideraron, de acuerdo con Lemun, una “loable labor de cooperación en la lucha transnacional contra la delincuencia organizada”.

Con información de InfoBAE

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