Darío González
“En los pequeños detalles los conoceréis”, se suele decir. Y ahora, el rector de la UASLP puede demostrar si realmente promueve una UASLP limpia y transparente, o sigue con las viejas prácticas de corrupción y ocultamiento.
Aunque a algunos les parezca un tema pequeño, la corrupción que ha generado Vicente Torre Delgadillo durante los últimos meses, al dobletear puestos y mentir en su declaración pública patrimonial, no es cualquier cosa.
Su impunidad establece un grave antecedente en la máxima casa de estudios del Estado.
El pasado miércoles, nuestra compañera de Potosí Noticias Marcela Loyola, le hizo una entrevista. En ella, Torre Delgadillo señala que todo está “en orden, todo cumple con la normativa”, admite que trabaja para la UASLP y el SAT, y que no renunciará a ninguno de los dos lados.
“Explicó que da clases por las mañanas de 7 a 8, y por la tarde, cuando sale del SAT, de 5 a 6 de la tarde”.
Nadie le critica por dar dos clases en la UASLP; eso es compatible y lo hacen muchos servidores públicos. Pero Torre Delgadillo no sólo es profesor asignatura, sino que es profesor de tiempo completo, y además con dos cargos de dirección y responsabilidad: Coordinador académico de la Maestría en Derecho y Jefe del Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Por lo que debe cumplir con una jornada laboral completa. Así que, por eso, en los pasillos universitarios ya se le conoce como el “investigador hércules”, por su gran fuerza de trabajar 16 horas diarias, y satisfacer sus demás necesidades personales en las restantes horas del día.
Pero la cuestión no es que sea el investigador hércules. Es que sus acciones no corresponden a la ética, ni a la legalidad.
Éticamente, es poco racional y nada creíble que una persona cumpla con esas responsabilidades y cargas laborales de manera eficiente y efectiva; legalmente, hay todo un marco legal que prohíbe y sanciona este tipo de prácticas.
No se trata tan solo de que él (crea) que cumple todas las funciones que le encomienda la Universidad (que de seguro sus superiores le solapan).
Para no cansar al lector, van dos normas de la UASLP, muy claritas para ver la ilegalidad en que incurren las acciones de Torre Delgadillo:
El artículo 129 del Estatuto Orgánico de la UASLP señala que las labores de cargos administrativos y las funciones académicas de los integrantes de la Universidad, deberán ser compatibles en cuanto a su naturaleza y horario, incluso respecto de actividades extrauniversitarias; por lo tanto queda prohibida la acumulación de empleos y sueldos incompatibles.
La contravención de esta norma obliga a la devolución de las percepciones acumuladas y producirá responsabilidad administrativa.
El reglamento interior de la Facultad de Derecho de la UASLP, en su artículo 126, en relación con los artículos 36 y 8, señalan que el Jefe del Instituto de Investigaciones Jurídicas tiene como requisito “no desempeñar ningún cargo político durante sus funciones, ni ser empleado o funcionario público”.
Hay más violaciones a la ley, que en próximas notas explicaremos. Basta con estos dos ejemplos, muy básicos, para tirar al suelo su declaración tan simplona que realizó a Potosí Noticias.
¿La UASLP estará preparándose para encubrirlo? Estamos esperando que responda a Potosí Noticias las solicitudes de información que hicimos. Y es que, en una cultura de la corrupción de la cual es heredera la Universidad, se podrían falsificar algunos documentos para proteger a Torre Delgadillo, pero no sería viable hacerlo en cuestión de recursos federales que le han llegado a su cuenta bancaria.
El Rector de la UASLP ha mostrado su crítica al gobierno de la 4T por sus criterios presupuestales con la educación superior.
No obstante, ante estos casos, ¿con qué cara reclama si aquí se demuestra lo que afirma la 4T de la corrupción que anida en las universidades públicas? A lo que nos preguntamos: ¿quién demostrará tomarse en serio la lucha contra la corrupción en este caso? ¿La UASLP o las instancias federales de la 4T?