Javier Padrón
Mientras el doctor Miguel Ángel Lutzow Steiner era el segundo de la doctora Mónica Rangel en la Secretaría de Salud, siempre se mostró como su fiel subordinado y nunca cuestionó el manejo de la pandemia y de la dependencia en general, él era corresponsable de las decisiones.
Sería muy difícil que no estuviera enterado del negocio millonario de las licitaciones simuladas, de empresas fantasma, del favoritismo hacia el proveedor múltiple Gabriel Salazar, y no dijo nada, se volvió cómplice.
No se manifestó en contra del uso político de la secretaría en la fase más crítica de la pandemia, cuando la doctora Rangel se promovía como aspirante a la gubernatura a través de encuestas y reparto gratuito de kits sanitarios.
Después de que Lutzow fue designado titular y de la derrota electoral de su exjefa como candidata de Morena, comenzó actuar de manera muy distinta, con filtraciones y declaraciones periodísticas le clavó varios puñales en la espalda, lo último fue la revelación de que durante la gestión de Rangel se tenían almacenadas 423 toneladas de medicamentos sin ninguna explicación, mientras en el Hospital Central y Centros de Salud no tenían lo básico.
Si con ese viraje de 360 grados, con traiciones y deslinde de la corrupción que solapó, el doctor Lutzow quiere ser ratificado como secretario de Salud en el próximo gobierno como se ha especulado, Ricardo Gallardo se echaría en la espalda a un personaje nada confiable y que le va entregar la entidad en semáforo sanitario en rojo.
El futuro laboral de la doctora Rangel sigue en suspenso, se dice que una de las opciones que le ha ofrecido la cúpula de Morena es el cargo de Gabino Morales en la Secretaría del Bienestar.
LA EXPERIENCIA DE NAIF
El exvocero del gobierno torancista, Roberto Naif Kury, en su cuenta de Twitter expuso que Carreras entregará a Gallardo cuentas oscuras y que “cientos de millones de pesos, jamás serán auditados”.
Refirió las partidas “para atender a los vividores de los ‘grupos sociales’, los cuales son manejados por la secretaría general o las decenas de facturas falsas de Comunicación Social. Habrá impunidad, seguro que sí”.