Además de hacer una radiografía de “la institución arcaica” que es el matrimonio, la nueva serie de Diego Luna, “Todo va a estar bien”, explora las complejidades del “macho actual” y cuestiona a sus espectadores sobre sus creencias más arraigadas.
“El matrimonio es una institución arcaica y nos la venden como la fórmula de la felicidad, a lo que hay que aspirar y no es cierto, es dañino que lo inculquen así y está buenísimo que se cuestione y más en un medio tan conocido como Netflix”, dice a Efe Lucía Uribe, protagonista de la historia que se estrena este viernes.
Julia y Ruy no pueden despertar de la pesadilla, la promesa de llevar a cabo una separación de común acuerdo se derrumba frente a sus ojos cuando sentados en una oficina fría un funcionario les cuestiona información sobre su hija de la que no están muy bien enterados.
Ahora no solamente tienen que lidiar con el fin de su relación, sino sufrir la burocracia de un sistema machista e indiferente para así disolver lo que se suponía ser una promesa de amor eterno, su matrimonio.
“¿Por qué tener una pareja o casarte es el éxito? Hay muchas formas de amor, empezando por el amor propio”, se cuestiona Uribe, quien interpreta a Julia, y espera que los espectadores también lo hagan.
Su personaje muestra los dilemas de las mujeres actuales que al ser cada vez más conscientes del machismo, se enfrentan a relaciones amorosas con estas estructuras violentas.
Julia es una madre joven, feminista y trabajadora que comienza a encontrar insoportables las actitudes infantiles de su pareja, que encima fue acusado de acoso y este no logra entender por qué.
“Ruy es un personaje complejo, podía haber sido estereotipado muy fácil como un macho antiguo, pero es un macho actual, y esos son más complejos porque hay esa no consciencia, él no logra identificar bien las violencias que ejerce”, dice Flavio Medina, su intérprete.
El darle vida a Ruy hizo que el actor dimensionara la gran responsabilidad que tienen los hombres en la actualidad para replantearse y revisar sus actitudes.
Pero la complejidad de su personaje consiste en que, a pesar de sus defectos, tiene virtudes, como ser un padre presente y amoroso con su hija superdotada, Andrea.
SALUD MENTAL Y AMOR LIBRE
Para el actor Pierre Louis, cuyo personaje Fausto tendrá un acercamiento íntimo con Julia, un tema importante que la serie trata es la salud mental.
“Es importante que se hable de eso. No es que Ruy sea un patán y un villano, sino que todos estamos condicionados por cómo crecimos y ahora con esa consciencia podemos optar por desechar partes de nosotros que no elegimos ser. Creo que la serie invita a que eso suceda”, dice Louis.
Por su parte, Mercedes Hernández da vida a Idalia, una trabajadora doméstica que no se ve en las ficciones con frecuencia al ser una mujer independiente, moderna y autosuficiente, y con una historia desarrollada.
“Creo que algunos escritores no tienen imaginación y creen que hay personas que solo sirven platos y no tienen vida. Ella es una mujer contemporánea pero que también tiene conexión con su comunidad, tiene su propia familia pero también es parte de la familia de Ruy y Julia”, expresa.
Pero lo que más admira de Idalia, es su capacidad para amar sin ataduras, y parece que es la única en la serie que lo hace.
“Yo creo que por la edad ya no tiene la idea del amor romántico. Vive de una manera libre y feliz, ojalá todos pudiéramos vivir el amor con libertad. Estamos constantemente imponiendo formas de amar y eso es terrible”, asegura Hernández.
La serie fue grabada en uno de los momentos críticos de la pandemia por la covid-19 en el 2020 y este fue uno de los retos por los que también atravesó la ficción creada por Diego Luna con la producción de La Corriente del Golfo y Netflix.
Con información de: Infobae