Javier Padrón
El contralor municipal José Mejía Lira, vástago de un juez ejemplar, dijo que el proceso de entrega-recepción con el equipo del alcalde electo Enrique Galindo transcurre con “normalidad” y “entendimiento”, es un escenario ficticio, la realidad es otra, cuando entre la nueva administración prianista, si no es que antes, flotará la purulencia.
Lo que no se dice es que el principal problema de la transición en la UAM es el impulsivo tesorero Rodrigo Portilla Díaz, fiel a su naturaleza de mecha corta, pretende marcar el paso al equipo zen de Galindo, han trascendido desencuentros, gritos y poco ha faltado para que se vaya a los golpes.
El alcalde Xavier Nava le da cuerda, hay mucho coraje, rencor clasista, las entrañas se retuercen por haber perdido el poder frente a los apellidos plebeyos de Galindo Ceballos y Gallardo Cardona, lo han privado de la generosa fuente que es el tesoro público, esa vieja costumbre de llevar una vida aristocrática con el dinero ajeno.
El tesorero algo esconde, se molesta sí le piden documentos, datos adicionales, que abunde sobre ciertos detalles que no están claros. Cuando lleguen a las luminarias, las dos obras viales de los Stevens, la compra de despensas y enseres domésticos, los desvíos, sobreprecios, los proveedores consentidos, Rodrigo debe controlarse.
Como es su primera experiencia en el servicio público, el licenciado en negocios internacionales por la Universidad Marista, tiene dificultades en su trato social y es peor con los medios de comunicación, confronta a los que no están en la nómina, durante mucho tiempo tuvo pesadillas con Ricardo Gallardo Juárez, contra el que presentó denuncias con despachos de postín sin resultados hasta ahora.
Por la doble derrota política de su jefe Xavier Nava, regresará al sector privado como director administrativo de la consultoría aduanal, son tiempos de retiro y reflexión, de no provocar a sus vencedores, desvió recursos públicos para denostar al ahora alcalde electo en una campaña negra por toda la ciudad; y el contralor Mejía Lira se puso una venda en los ojos, como cuando tuvo de jefe en la SEGE al gobernador saliente.
Uno de los temas que a Rodrigo le quema las manos, son los más de 8 millones de pesos que salieron de su oficina para el pago de laudos inexistentes según la versión oficial, una larga cadena de contradicciones donde no aparece el rigor de los filtros de anticorrupción navista. Se impone el hermetismo, la Fiscalía General del Estado no reporta ningún avance de la investigación, están protegiendo a alguien o a varios.
Mientras Portilla riñe con sus propios fantasmas, el alcalde Nava pretende hacer en tres meses lo que no hizo en tres años, de todos modos entregará una ciudad en ruinas. Su última puntada fue la “patrulla de vigilancia anti Covid”, la pandemia inició hace más de un año y medio.
¿OCASO DEL MONREALISMO?
El senador Ricardo Monreal le dio una cálida bienvenida a Olga Sánchez Cordero como senadora al dejar la Secretaría de Gobernación, en el fondo el zacatecano sabe que ya perdió su lugar en los afectos del Presidente AMLO, lo traicionó, es lo que está de moda, las alcaldías de la CDMX y el reglamento de la revocación del mandato, son la cruz de Monreal.
El único representante “certificado” de Monreal en SLP, es el diputado local electo José Antonio Lorca Valle, muy arisco para integrarse a la bancada de Morena, por su actitud de superioridad, el parentesco con el matrimonio gobernante, se está aislando, se hizo el ofendido porque no le dieron la coordinación y no asistió a la reciente reunión en la Cámara de Diputados, en la que también estuvo Juan Ramiro Robledo, el pluri federal de Morena.
CALLA CARRERAS
Carreras no va a declarar nada a la prensa sobre la acalambrada que le dio Octavio Pedroza al evocar la traición a los espartanos. Los asesores del charquense le insisten en que se dedique a congraciar al “Pollo” Gallardo, por la dramática situación de las finanzas y lo que resulte en otras dependencias, no le queda de otra, no convenció la gacetilla de El Financiero que pone a SLP en las nubes de la reducción de la deuda.
El diputado Edgardo Hernández, del PVEM pero sin ligas con la gallardía, le auguró la cárcel al secretario Daniel Pedroza en la comparecencia en el anexo de Vallejo, deja en el aire 20 mil millones de pesos de gasto discrecional; José Luis Ugalde también fue mencionado, complicidad sexenal.
Carreras, como lo hicieron sus antecesores, no va a pagar los platos ratos. Para eso están los Joel Azuara, Humberto Picharra y Olegario Galarza que pasaron una fría temporada en La Pila.