Nada cambió. Desde el día uno Ricardo Gallardo se mostró como lo ha hecho desde hace mucho tiempo, una persona emanada del pueblo, que convive y trabaja con el pueblo.
Más allá de la escolta protocolaria que por seguridad debe acompañar al gobernador, en su primer lunes como mandatario del Estado llegó solo a despachar al Palacio de Gobierno y fue abordado por personas que quisieron saludarlo.
Personas de todas las edades se acercaron al gobernador para hacerle recomendaciones, expresarles su sentir ante su nuevo encargo, pedirle que no les falle, felicitarlo o simplemente saludarlo y tomarse la infaltable ‘selfie’.
Las expresiones en los rostros de la gente al ver a Ricardo Gallardo son de esperanza y alegría, los potosinos saben que tendrán un gobernador amigo que los entiende, que camina junto a ellos y que siempre los seguirá escuchando.
“Si así va a estar de limpio el centro con este gobernador, ojalá que siga así durante los seis años”, dijo una persona que se acercó a los guardias que custodian el Palacio de Gobierno momentos después de retirar las vallas que se colocaron afuera del recinto para de seguridad realizado hace un par de días.
Por cierto, el propio gobernador Gallardo ya ordenó retirar a la brevedad la cerca de seguridad instalada hace ya varios meses a la entrada del Palacio de Gobierno, pues “un gobierno del pueblo no puede estar despachando desde una oficina”.
Ricardo Gallardo no ha dejado de ser “el Pollo”, el de la campaña que recorrió los 58 municipios de lado de la gente, la diferencia es que en ese entonces iba a pedirles su apoyo, ahora desde el día uno ha asumido una alianza con quienes confiaron en él y con quienes no, pues así lo dice el lema de su gobierno “San Luis para las y los potosinos”.