China aprobó el uso de dos tratamientos contra el coronavirus covid-19, en medio de un nuevo incremento de la pandemia, a dos años de que se detectaron los primeros casos de la enfermedad en el país asiático.
Los medicamentos, denominados BRII-196 y BRII-198, fueron desarrollados por la Universidad de Tsinghua, el Hospital Popular número 3 de Shenzhen y la empresa Brii Biosciences.
La Administración Nacional de Productos Médicos indicó que los fármacos se usan de forma combinada para tratar a adolescentes y adultos, con síntomas de leves a moderados y factores de riesgo altos, que pudieran propiciar la evolución a estados graves de la enfermedad.
Los medicamentos emplean anticuerpos obtenidos a partir de pacientes que superaron la covid-19 y que han demostrado su capacidad de neutralizar el virus durante las fases de ensayos clínicos desarrollados previamente.
Brii Biosciences anunció a finales de agosto que el tratamiento demostró una reducción de hasta un 78 por ciento en las hospitalizaciones y muertes por covid-19, durante una tercera fase de ensayos clínicos llevada a cabo en Estados Unidos, Brasil, Sudáfrica, México, Argentina y Filipinas.
En China, la tercera fase de pruebas se ha desarrollado en las ciudades de Cantón y Shenzhen, en la provincia de Cantón, y en las de Nanjing y Yangzhou, provincia de Jiangsu.
Empresas e instituciones chinas desarrollan además otros dos medicamentos contra el nuevo coronavirus.
La farmacéutica estatal Sinopharm, responsable de dos vacunas contra la covid que se están utilizando en varios países, investiga una terapia basada en el plasma de pacientes recuperados y cuyos ensayos clínicos comenzarán en breve en Emiratos Árabes Unidos.
Mientras, la biotecnológica Kintor trabaja en una tercera fórmula que también se encuentra en fase de pruebas.
China acumula desde el inicio de la pandemia 99.454 contagios -83 de ellos notificados este jueves- y 4.636 fallecimientos por covid-19, según datos de la Comisión Nacional de Sanidad.
China por el momento descarta convivir con el virus y mantiene una política de “tolerancia cero”, que conlleva un estricto cierre de fronteras y la aplicación de duras medidas de contención y restricciones de movilidad cada vez que se detectan rebrotes en su territorio.
Con información de: Milenio