Marcela Loyola
Las mujeres alcohólicas consumen en sus casas a escondidas, con el fin de que no las juzgue la sociedad, pero es necesario que se acerquen a la Central de Alcohólicos Anónimos para que reciban apoyo para restituir su vida.
Ana, integrante de AA, dijo que comenzó a ingerir alcohol por diversos problemas, “fueron el miedo a la vida, a desarrollarme, miedo a muchas cosas, prejuicios por mi educación y para vivir sanamente. Tenía mucha inseguridad, problemas en casa, completa falta de autoestima, muchas culpas que se absorben, muchos complejos de inferioridad, la no aceptación de mi realidad, de mi persona, como estoy, como soy, y de mis circunstancias familiares y sociales, entre otras”.
Dijo que esta situación le llevo a comenzar a tomar hasta que se volvió un problema, y siempre se sentía la victima y los demás siempre tenían la culpa de todo, “continúe tomando alcohol hasta tener problemas en la ingesta y paso una línea de enfermedad, de problema con el alcohol donde llego a un circulo vicioso donde vivo para beber y bebo para vivir”.
Reveló que bebía en su casa por vergüenza “porque sabía que el hombre podía ingerir alcohol en cualquier lado y no era mal visto, pero a mi obviamente me iban a juzgar y era uno de mis problemas, no quería ser juzgada por nadie, y por una luz me llegó, un mensaje de que había una solución para mi enfermedad y llegue a Alcohólicos Anónimos, y el primer paso fue dejar de ingerir y poder empezar a tener una nueva vida, una vida diferente e hice un compromiso de vivir con alegría y aprovechar todo lo que la vida me ofrece”.
Ana dijo que en AA se ayudan mutuamente para mantenerse sobrios y crecer como personas, “para restituir nuestro hogar y poder ser felices y ayudar a los demás, cosa que nunca imaginé en el pasado que ingería alcohol”.
Indicó que la finalidad de su testimonio “es convocar a todas las mujeres que se esconden, como yo hice, a que no es normal lo que nos están pasando, si tenemos problemas con la manera de beber, tenemos una solución y la solución que encontré fue AA”.
Por su parte, el especialista en psicología clínica y adicciones, José Juan Cleto Esquivel señaló que se han percatado de que muchas mujeres ocultan su alcoholismo, “es decir, a pesar de que el consumo de alcohol en mujeres es elevado casi a la par que los hombres, son personas que no tienen oportunidad de acceder al mismo tipo de tratamiento, las razones son múltiples, por la misma cultura mexicana-potosina porque una mujer cuando toma regularmente lo hace más a escondidas”.
“El alcoholismo es un problema difícil de admitir, y más si le sumamos que por ser mujer es doble estigma, y en ese sentido se vuelve complicado visibilizar el consumo de alcohol en mujeres porque quienes consumen generan es por depresión o su pareja consume, y se vuelven víctimas de violencia. Empiezan tomando y se desarrolla la patología del alcoholismo, viene la violencia doméstica y depresión”, dijo.
Añadió que, además se requieren más grupos de mujeres en AA y que se trabaje con perspectiva de género, “nos da gusto que se visibilice porque el hecho de que no lo veamos es que no exista y nuestro trabajo es visibilizarlo para brindar la atención que requieren”.