Federico Anaya Gallardo
¡Cosas viéredes! Hace ya muchos años, como pago a que le acompañásemos al supermercado, mi ciudadana madre nos compraba algunas historietas que se exhibían en las cajas. De este pequeño pero reiterado acto de corrupción familiar provino nuestra colección de Carlitos de Charles M. Schultz y Mafalda de Quino. Ya adolescentes, el pago de nuestros servicios-de-hijo se transformó en discos LP de la Nueva Trova (que, Aunque Usted no lo Crea, también se distribuían en La Comercial Mexicana y Gigante). En los ejemplares de Carlitos se incluía otra tira cómica –más antigua y cuya pista hoy te invito a seguir, lectora. Se trataba de Aventuras de Dos Pilluelos ó El Capitán y los Cebollitas (este título, creo, de la edición argentina)… originalmente eran Hans und Fritz, The Katzenjammer Kids –creados en 1897 por el inmigrante alemán Rudolph Dirks (1877-1968) para los periódicos del magnate William R. Hearst en EUA.
Ahora bien, esos “cebollitas” (niños traviesos) Hans & Fritz –cuyas aventuras deleitaban a la compleja migración alemana en los EUA de circa 1900– tienen una genealogía fascinante. En 1865, el artista plástico y escritor Wilhem Busch (1832-1908) publicó en Munich un cuento ilustrado para niños titulado Max und Moritz: Eine Bubengeschichte in sieben Streichen (Un cuento infantil en siete bromas). Igual que Hans & Fritz, Max & Moritz atormentan a los adultos con travesuras –pero al término de las mismas, reciben su justa recompensa… la muerte.
355 años antes de Max & Moritz –en 1510– cuando nacían en tierras alemanas la Reforma Protestante y las modernas revoluciones campesinas, se publicó en Brunswick un libro titulado Ein kurtzweilig lesen por Dil Ulenspiegel, geboren vß dem land zu Brunßwick, wie er sein Leben volbracht hat (Lección breve sobre Till Eulenspiegel, nacido en tierras de Brunswick, y de cómo hizo su vida). El libro presenta a Till como un personaje histórico (se ubica su biografía entre 1300 y 1350, en el oscuro siglo de la Peste Negra). Till es una especie de “tonto-sabio” quien recorre su comarca haciendo bromas y poniendo en dificultades a sus compatriotas. Eulenspiegel significa Búho-Espejo. La expresión spiegel (espejo) es usada como “retrato” ó “descripción”. El eulen (búho) era entendido en la Europa medieval y renacentista de un modo ambiguo. Era tanto el símbolo de la sabiduría como un animal diabólico. Till Eulenspiegel solía comprometer a sus interlocutores interpretando literalmente expresiones del habla común –y mostrando así las contradicciones de la vida social. Este bromista actúa como un bufón-decidor-de-la-verdad y molesta a todos.
Regresemos al séptimo arte. Hay una versión de Eulenspiegel rodada en la República Democrática Alemana en 1975 –adonde Till ayuda al pueblo denunciando las contradicciones de los explotadores… bueno, eso afirma un reseñista. La puedes ver, en la Liga 1. Como no tiene subtítulos, consíguete una amiga alemana y pídele que te la vaya explicando.
Más cercana a nosotros, en 2019-2021 Netflix y varias otras productoras, entre ellas la Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF, Televisión Alemana 2) crearon la serie Los Derrotados (Shadowplay ó The Defeated). Tiene ocho capítulos. Es una narración parecida a la Zentropa de Lars von Trier de 1991: un estadounidense de origen alemán llega en 1945 a la Alemania derrotada y ocupada por los Aliados para ayudar en la reconstrucción. Pero mientras Trier está interesado en la subrevivencia de la élite burguesa nazi (que termina corrompiendo a los EUA), el guionista sueco de Los Derrotados,Måns Mårlind (n.1969), nos cuenta cómo el estadounidense ayuda en la creación, desde abajo y en medio del caos social, de una policía moderna en Berlín.
Detalle, el héroe de Mårlind se llama Max McLaughlin. Aunque este apellido inglés de origen irlandés significa “hijo-de-Lochlainn” (¿hijo-del-lago?), en Inglés moderno laughlin significa “risa”. Y desde el principio de la serie Los Derrotados Mårlind nos deja saber que Max tiene un hermano… llamado Moritz. Dos hermanos, risa… bromas. Para aclarar aún más a la audiencia original de la serie (alemana) que el cuento que va a presenciar tiene que ver con las aún famosas bromas de Max & Moritz del siglo XIX, la introducción y títulos usan las ilustraciones de Busch. (Puedes ver la intro y oír el tenebroso –pero fascinante– tema musical en la Liga 2.)
Las travesuras de Max & Moritz 1865 nunca son inocentes. Igual que las bromas y enredos de Till Eulenspiegel 1350-1510, causan daño y dolor. Los hermanos Max y Moritz McLaughlin de 2021 también llevan dolor y muerte a la sociedad en que viven. Los personajes de Mårlind son también espejo-spiegel de esa sociedad. Max, el policía, busca el orden. Moritz, un asesino serial, genera el caos. Pero orden y caos convergen en el problema de la Justicia: ¿es posible hacerla ante la inmensidad de los crímenes nazis? ¿no sería mejor simplemente dejar que la venganza brutal se ejecute?
Como ves, lectora, el tema de Trier en Zentropa también lo trata Mårlind. ¿Qué debemos hacer con los criminales de guerra? Confieso que me gusta más el acercamiento de Mårlind (plantear preguntas con respuesta abierta) que el de Trier –quien simplemente nos señala que Occidente perdonó a los nazis para usarlos en contra del enemigo comunista.
Ligas usadas en este texto:
Liga 1:
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