El género True Crime es uno de los que más se ha puesto de moda en los últimos años. Hay una gran contenido en torno a los asesinos más sangrientos de la historia, quien sea aficionado a este tipo de sucesos conocerá a Jeffrey Dahmer, apodado como “el carnicero de Milwaukee”.
A diferencia de otros asesinos en serie Jeffrey tuvo una infancia muy parecida a la de otros niños de la época. Creció en el seno de una familia normal, no se tuvo que enfrentar a la marginalidad y de pequeño era como los otros niños. Pero cuando se fue acercando a la adolescencia todo cambió.
En el instituto llamaba la atención por no relacionarse con otros jóvenes y desde muy pronto empezó a desarrollar problemas con el alcohol. De mayor descubrieron que torturaba animales desde una edad muy temprana, un patrón que sí tenía en común con otros asesinos en serie.
Con 18 años fue detenido y lo condenador a 10 meses de cárcel por intentar violar a un joven de 13 años. Y poco después de salir de prisión, en 1978, cometió su primer asesinato. Recogió a un autoestopista, lo llevó a su casa y allí lo descuartizó. Guardó partes de su cuerpo para realizar actos necrófilos con ellas, algo bastante común en sus asesinatos.
Diecisiete asesinatos macabros
Hasta 1987 no volvió a cometer su segundo asesinato. Algunas crónicas hablan de que pasó una década arrepentido y reprimiendo en secreto sus instintos asesinos. Algo que no llegó a conseguir porque desde ese año hasta 1991 mató a 17 hombres.
En aquellos años Jeffrey era un hombre muy atractivo y su táctica era ir a los clubs homosexuales de Ohio y ligar con sus víctimas. Los invitaba a su casa a tomar una copa y una vez allí los drogaba y hacía con ellos lo que quería.
Abusaba de ellos, los mataba lentamente, hasta el punto de tenerlos días agonizando, los desmembraba y practicaba sexo con sus extremidades. También se habla de que se comía algunas partes.
Hasta que un día, dejó a una de sus víctimas agonizando en su casa mientras él salió. Normalmente estaban tan drogadas que no podían ni moverse, pero el chico consiguió sacar las fuerzas suficientes como para escapar y llegar hasta la policía con ayuda.
No tardaron en pillarlo. Cuando las autoridades entraron en su casa se encontraron un verdadero museo de los horrores, había habitaciones llenas de miembros de otras víctimas y Jeffrey había documentado con fotos todos y cada uno de sus crímenes.
Fue detenido, juzgado y condenado a 900 años de prisión. Pero no llegó a cumplir muchos, ya que un preso, con una esquizofrenia severa y ataques ultraviolentos acabó asesinándolo. Se cuenta que fue una muerte muy macabra en la que hubo enseñamiento.
La serie lleva disponible en Netflix desde el pasado 21 de septiembre. Son 10 capítulos donde se cuenta toda la historia del asesino de principio a fin. Está siendo un verdadero éxito en cuanto audiencia y crítica. Aunque ha habido quejas de una de las familias de las víctimas.
Con información de: La Vanguardia