El Instituto mencionó que tras un acuerdo con la familia, el artista recibirá un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes.
Ciudad de México, 30 de noviembre (SinEmbargo).- El destacado escultor Federico Silva falleció la madrugada de este miércoles a los 99 años de edad, según confirmaron el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura.
“Sentimos el sensible deceso de Federico Silva, artista pleno galardonado en 1995 con el Premio Nacional de Artes y en 2016 con la Medalla Bellas Artes quien deja, en ocho décadas de incansable trayectoria, un legado invaluable al arte contemporáneo de México”, informó el INBA en un mensaje a través de sus redes sociales.
Además, el Instituto mencionó que el artista recibirá un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes tras un acuerdo con su familia.
“Su herencia artística para el pueblo de México, reflejada en la exposición Lucha y Fraternidad, el triunfo de la Rebeldía, preparada por la Secretaría de Cultura a través del INBAL, estará abierta al publico hasta marzo del 2023 y posteriormente viajará al Museo de Arte de Tlaxcala”, detalló el INBA.
Federico Silva nació el 16 de septiembre de 1923 en la Ciudad de México. De manera autodidacta, se inició muy joven en las artes plásticas, colaboró con el muralista David Alfaro Siqueiros en algunas obras públicas. Uno de los primeros trabajos en que los colaboró con Siqueiros, fue el mural Nueva Democracia, que se encuentra en el Palacio de Bellas Artes.
Su relación con Siqueiros lo llevó hacia otros artistas tales con Diego Rivera, Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins y el escritor José Revueltas, todos ellos influyeron considerablemente en su formación artística.
A partir de 1950, empezó a pintar murales, primero en el edificio del Instituto de Capacitación de la Secretaria de Educación Pública y después en el Instituto Politécnico Nacional, el mural titulado la Técnica al Servicio del País. En 1962 presentó una exposición en la Universidad Obrera, en la que reúne la obra de ocho años de trabajo de carácter crítico-político. Después de esto, pasó a la escultura y el arte cinético, campos en los que experimentó y realizó objetos “solares” con prismas, lentes de fresnel, espejos, imanes, rayos láser y diferentes cuerpos suspendidos en el espacio.
Fue un innovador de la técnica y de la forma generando influencias y cambios en el arte de México.
A partir de 1985 estableció su taller en Amaxac de Guerrero, Tlaxcala, transformando la exfábrica de hilo “La Estrella” en una verdadera factoría de obras de arte, utilizando los más variados materiales de la región proporcionando una renovada presencia de la escultura en el arte mexicano.
En 1995, recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, que es la distinción más importante que el Gobierno de México otorga a sus artistas. Su trabajo lo realizó en madera, aluminio, acero, cemento, fierro y piedra.
Su labor como investigador de la Coordinación de Humanidades de la UNAM a lo largo de más de veinte años, lo llevó a profundizar ideológicamente sobre el sentido del arte y el artista en la sociedad.
El 18 de septiembre de 2003 le rindieron homenaje abriendo las puertas del primer Museo de Escultura Contemporánea en México, siendo así el más importante de su tipo en América Latina. En agosto del 2010, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí le otorgó el doctorado Honoris Causa. La UNAM, con motivo del 100 aniversario, le otorgó en septiembre del 2010 el doctorado Honoris Causa.
Con información de: Sin Embargo