Un equipo de científicos del Laboratorio de Propulsión Avanzada de Física Aplicada (APL-AP), asegura en un reciente estudio que las ondas gravitacionales también sirven para buscar vida inteligente en el espacio. Los investigadores aseguran que la potencia de los actuales observatorios de ondas gravitacionales, combinados con los que todavía están por venir, harán posible crear un sistema de detección capaz de analizar todas las estrellas de la Vía Láctea (entre 100.000 y 200.000 millones) en busca de señales de propulsión que superen la velocidad de la luz.
Los investigadores del Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferómetro Láser (LIGO) detectaron por primera vez señales de ondas gravitacionales en 2016. Este hito, que les valió el premio Nobel en 2017, fue una revolución para la astrofísica que sirvió para confirmar las predicciones que hizo Einstein en su Teoría de la Relatividad General y corregir alguno de sus errores.
Los grandes eventos espaciales, como la fusión de dos agujeros negros, provocan unas ondas invisibles que viajan a la velocidad de la luz e influyen en los objetos que se encuentran en su camino. Ahora, los investigadores del APL-AP afirman que tanto el LIGO como los observatorios Virgo y KAGRA, pueden usarse para buscar ondas gravitacionales creadas por naves espaciales de aceleración rápida y/o masiva o RAMAcraft, un nombre que es un guiño a la famosa novela de ciencia ficción de Arthur C. Clarke, ‘Cita con Rama’. La combinación de la potencia de estos observatorios, aseguran, serviría para crear un sistema de detección y telemetría de naves RAMA (RAMADAR) con el que buscar en la Vía Láctea indicios de sistemas de propulsión capaces de impulsar naves con motores de curvatura (warp drives) que viajen a una velocidad superor a la de la luz.
“Cualquier sistema que implique una gran aceleración de masa emite ondas gravitacionales”, asegura Luke Sellers, investigador de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y del APL y el autor principal de este estudio. “Además, la forma de la señal emitida depende totalmente de la forma en que se mueve el objeto. Por lo tanto, si se sabe lo que se quiere buscar, se sabe exactamente qué aspecto tendrá la señal de las ondas gravitacionales. Esto es lo que nos permite buscar naves RAMA”.
Un sistema que puede empezar a usarse ya
Sellers y su equipo han demostrado —en un artículo que se publicará próximamente en la revista Avisos Mensuales de la Real Sociedad Astronómica— cómo los datos existentes de LIGO ya pueden usarse para localizar objetos en la Vía Láctea con una masa igual a la de Júpiter (1,898×1024 toneladas métricas). También, demostraron que los investigadores de SETI (el instituto para la búsqueda de vida extraterrestre inteligente) podrían utilizar esos mismos datos del LIGO para buscar objetos de masa igual a la de la Luna de la Tierra (7,342×1019 toneladas métricas) en sistemas estelares cercanos. Basándose en la naturaleza de las señales de las ondas gravitacionales, éstas podrían revelar pruebas de megaestructuras o indicios de una civilización de Tipo II en la Escala de Kardashov.
Algunas de las cifras citadas en el estudio corresponden a estructuras bastante masivas, aunque también se pueden ver cosas más pequeñas si están más cerca de la Tierra”, asegura Sellers. “Según el estudio, podemos ver masas de Júpiter hasta unos 10-100 kiloparsecs, lo que abarca toda la Galaxia, pero también podemos ver objetos del tamaño de una luna hasta 1-10 parsecs, lo que está dentro del alcance de las estrellas más cercanas, como Próxima Centauri”.
Nuevos aparatos más sensibles
Los observatorios de nueva generación como la Antena Espacial de Interferómetro Láser (LISA), el Observatorio de Ondas Gravitacionales del Interferómetro de Deci-hercios (DECIGO), el Observador del Big Bang (BBO) o los Pulsar Timing Arrays (PTAs) podrían darnos la sensibilidad necesaria para detectar estas naves. Se estima que la sensibilidad de estos aparatos será hasta 100 veces superior en las ondas gravitacionales a bajas frecuencias y multiplicarán por un millón la capacidad de búsqueda de RAMAcrafts. Esto ampliaría enormemente las capacidades del SETI, que en estos momentos busca indicios de vida inteligente a partir de las señales electromagnéticas, principalmente ondas de radio.
Los investigadores aseguran que este artículo es solo el primero de una serie que examina cómo podrían utilizarse las ondas gravitacionales para buscar pruebas de vida avanzada en el Universo. Más adelante, Sellers y su equipo abordarán cómo, gracias a los datos de LIGO, se podrían detectar objetos más pequeños que estén más próximos a la Tierra. “Para este primer artículo, nos hemos fijado en objetos lejanos. La señal de los objetos más cercanos a nosotros será mucho más fuerte, así que eso es lo que queremos estudiar a continuación”, explica Sellers. “También haremos una búsqueda real de las señales a través de datos anteriores de LIGO”.
Con información de: El Confidencial