Marcela Loyola
Un grupo de mujeres indígenas pertenecientes a las comunidades Otomí y Mazahua llevó a cabo una protesta en la Delegación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), denunciando presuntos actos de corrupción y divisionismo por parte de Diego Olivares, encargado del área de derechos humanos en dicha institución.
Las manifestantes expresaron su inconformidad con la gestión de Diego Olivares, a quien acusan de ser “corrupto” y de interferir en asuntos comunitarios, generando divisiones entre las comunidades indígenas. Portando pancartas con consignas como “Fuera Diego Olivares” y “Queremos justicia”, las mujeres exigieron la destitución del funcionario para evitar que continúe con acciones perjudiciales para los pueblos indígenas en San Luis Potosí.
Las quejas apuntan a presuntos actos de corrupción y manipulación de situaciones internas en las comunidades, lo que ha generado malestar entre los integrantes de estas poblaciones indígenas. La petición de las manifestantes es clara: quieren la salida de Diego Olivares de la Delegación del INPI para preservar la integridad y unidad de las comunidades indígenas en el estado.
La movilización busca visibilizar y denunciar estas prácticas que, según las mujeres indígenas, afectan los derechos y la cohesión de sus comunidades. La situación resalta la importancia de abordar de manera transparente y justa las problemáticas en las instituciones encargadas de atender los asuntos de los pueblos indígenas.