Las elecciones pueden traer algunas novedades periodísticas y seguramente traerán algunos buenos ratos. No sé si serán divertidos los episodios para todos los involucrados, pero por lo pronto esta semana nos regaló algunas noticias que revelan que los tiempos electorales sacarán nuevas ocurrencias y viejas rencillas.
Los protagonistas de las viejas rencillas son el gobernador Ricardo Gallardo y el alcalde Enrique Galindo, quienes esta semana revivieron su pleito por el agua. Por un lado, el mandatario estatal reclama a la autoridad municipal el “mal” manejo del desabasto en la capital, mientras que el alcalde le reviró al responder que ni el gobierno federal ni el estatal reconocen la gravedad de la crisis y en pocas palabras les reclamó su falta de apoyo financiero y económico.
Muchos tiradores…
Son más de una docena los suspirantes al gobierno de la capital, que por cercanía geográfica con la mayoría de la población, parece ser la contienda que más interés ha despertado en ciertos círculos. Ojalá se note ese entusiasmo en la cantidad de personas que vayan a votar y que no se convierta la elección, solo en un juego de poder que administran unos cuantos.
Veremos si se consolida la candidatura de Enrique Galindo en la alianza PRI-PAN-PRD, al parecer ya ni patadas de ahogado darán sus presuntos rivales, luego de la operación política que el propio Galindo habría gestionado con las cúpulas.
En el Verde, parece que Sonia Mendoza es a quien quieren convencer de quedarse con un premio de consolación.
El furor de los podcast.
El uso de nuevas tecnologías siempre ha significado un aliado en la comunicación política y propaganda. Los podcast como producto de comunicación, han resultado útil en los tiempos recientes para experimentados comunicadores o para improvisados influencers. Lo cierto es que a muchos llamó la atención el anuncio de que el gobernador tendrá su propio espacio de comunicación los domingos. Sin duda en otros ha despertado más que curiosidad, sobre todo porque se acercan en marzo, las campañas electorales y ese ejercicio podría prestarse a varios usos y a muchas interpretaciones.
Por Lidia Juache