El Gobierno de México nacionalizó la Exportadora de Sal SA después de comprar el 49 por ciento del productor de sal a la empresa Mitsubishi por 1,500 millones de pesos (unos 87.6 millones de dólares).
La productora de sal con sede en Guerrero Negro, Baja California Sur, también conocida como ESSA, ya era propiedad del Estado en un 51 por ciento. El Fideicomiso de Fomento Minero aportó el 75 por ciento de la compra, y el 25 por ciento restante lo financió el Servicio Geológico Mexicano, según un comunicado del sábado 24 de febrero de la Secretaría de Economía.
El acuerdo es parte de una campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador para asegurar los recursos nacionales del país, poniendo gran parte de ellos en manos del Estado. Su gobierno ha criticado el modelo ‘neoliberal’ de la administración anterior de abrir industrias nacionalizadas como el petróleo a la inversión privada.
ESSA posee la mina de sal más grande del mundo y es uno de los mayores productores de América Latina junto con Chile, con una producción de más de 8 millones de toneladas al año, dijo la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, quien dijo que la propiedad estatal garantizará los puestos laborales para los trabajadores de ESSA, así como sus derechos para seguir “trabajando de la mano por el futuro de México”.
La secretaria también afirmó que la sal se considera un insumo importante en otras industrias como la farmacéutica, la textil, química, petroquímica y la construcción, por lo que es un recurso trascendental en la nueva política industrial del país.
Raquel Buenrostro expresó que ESSA no es solo una empresa, es también una comunidad. Y con un manejo honesto y responsable de ella se impulsará la economía local para el bienestar de la población de Guerrero Negro, en Mulege, Baja California Sur, y municipios aledaños, con un crecimiento económico sostenible y equitativo.
Con información de: El Financiero