Sofía Mayela
Una de las tradiciones que trajeron los conquistadores a México fue la de construir altares, hecho presente en las pinturas de Cristóbal Villalpando.
En San Luis Potosí, entre los siglos XVIII y XIX, se popularizaron en la región.
El altar de Dolores es una tradición que persiste en varias partes del territorio mexicano que consiste en colocar una imagen de Nuestra Señora de los Dolores en la que están representados los sucesos de la pasión de su hijo Jesús.
Actualmente, en el emblemático callejón del buche, sus habitantes realizan altares al interior y exterior de las casas, con los cuales rinden tributo al dolor de la Virgen. En este lugar, desde hace 125 años que se mantiene vigente la tradición.
Aproximadamente en el callejón del buche se encuentra una variedad de 100 a 120 altares y en la capital, en general, unos 250.
En estos altar, predominan germinados de semillas como chía, trigo y cebada, simbolizando la resurrección de Jesús; manzanilla para perfumar a la virgen, esferas para representar sus lágrimas. También aguas de color verde, en representación del renacimiento; la amarilla, el atardecer; la roja, la sangre de Cristo; el azul el misticismo e inició de la cuaresma.
Mientras que las flores moradas son el luto de la Virgen.